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agosto 2014

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La juventud en la encrucijada

Publicado por , Posteado enOpinión

En una sociedad en la que prima la demanda del sector financiero sobre la economía social, particularmente, los jóvenes como esperanza futura del país, afectados por los perjuicios de un desempleo estructural y la total ausencia de medidas paliativas, si políticamente no se remedia, están abocados a convertirse en una “generación perdida”

España españolMientras miles  de jóvenes de acreditada cualificación vista la falta de salida   profesional han de tomar los bártulos  y emprender el camino de la emigración, en tanto esto ocurre en el país, lo inaudito es que los mas radicales teóricos  del neoliberalismo al referirse al generalizado problema del  desempleo juvenil aduzcan  como principal explicación, que la razón  del desproporcionado índice de paro en este segmento del mercado laboral obedece en exclusiva   a la falta de formación de las personas que están desempleadas; todo un disparate descomunal, que llega al colmo de  la estupidez cuando idénticos teorizantes optan por abultar  el dislate afirmando que infinidad de puestos de trabajo están quedando desiertos  por falta de candidatos con  capacidad adecuada para afrontar la actividad.

Es decir,  por lo visto y  a juzgar por tal parecer,  la causa  del elevadísimo desempleo  juvenil obedece mas a la falta de formación de los demandantes  que a la escasez de oferta  del mercado de trabajo, que dicho en otras palabras  equivale a deducir  que  la prole de los agitadores   de la confusión,  intenta extender la  idea  que en este ámbito laboral  el incremento del paro  es culpa exclusiva  de los propios parados.

Excentricidad, que paradójicamente diverge en lo sustancial   con todo análisis riguroso  sobre la  situación real del mercado laboral, poniendo  de relieve  en todo caso,  que el colectivo mas afectado  por la crisis se corresponde con el  sector mas joven de la población, y que la verdadera razón del deslavazado incremento del índice del paro repercutido, lejos de tener su origen  en la pretendida falta de formación, está manifiestamente vinculado con  la excedida  disminución que se  ha producido en el conjunto de la actividad económica, que además  de la recesión, se vio perjudicialmente afectada por las políticas  de austeridad aplicadas por el  Gobierno, cuya nociva repercusión frenó  todo  estímulo económico que disparó el desempleo hasta cifras límite como consecuencia   de la   absoluta  falta de inversión, pues tal decisión aparte de destruir en gran medida  el tejido empresarial existente.  por su negativo efecto, también  impidió la producción  y generación de nuevos puestos de trabajo.

Evidencia,  que en modo alguno  puede ser desmontada   y mucho menos  recurriendo  a planteamientos   alejados de toda realidad,.  confirmando tal parecer  el hecho de saber que los mínimos  puestos de trabajo  creados en el último bienio fueron  empleos de baja cualificación, paradójicamente desempeñados por jóvenes  con mas elevado nivel que lo que requerían la exigencia profesional de los  trabajos a realizar.

Por tanto, cuando el perfil de los jóvenes expatriados y de  probada  capacitación    arroja un saldo de 120.000 perjudicados durante  el transcurso de  la legislatura del  PP, no es de recibo que  el Ejecutivo conservador utilice tan contraproducente resultado  para seguir oficiando su  esperpéntica ceremonia de confusión con la malsana intención  de poner en tela de juicio  los niveles de idoneidad del sector afectado, para así,   mientras el éxodo de la fuga de cerebros se intensifica, utilizar las cifras de esta emigración forzada en su propio interés político, al detraer a los desterrados del  cómputo de la población activa  zanjando  esta impresentable  realidad a través de una virtual  manipulación  estadística donde engañosamente logran que   la tasa de paro baje al 53,1%, a costa de hacer desaparecer del escenario laboral   a la totalidad de  este  colectivo de proscritos.

Por tanto,  cuando la situación ha llegado a   tintes dramáticos con un desempleo juvenil marcando record, urge  afrontar el asunto con un mínimo de responsabilidad  política,  excluyendo al efecto la utilización de justificaciones  absurdas, para asumir  de una vez por siempre que las causas estructurales  del desorbitado  paro juvenil  no hay que buscarlas en la falta de formación, pues en un país  con un considerable  nivel de sobretitulación mas que aducir carencias formativas  donde no las hay,  lo suyo sería tirar partido de las potencialidades efectivas   para una vez  precisadas, poder   invertir el desfasado  patrón económico  a través de políticas de crecimiento y la restructuración  del  obsoleto modelo  productivo  acorde al aprovechamiento y capitalización de las sinergias resultantes en aras a  facilitar el desarrollo de la  actividad empresarial  y con ello el empleo.

Si ante  la escalofriante realidad  que  supone que uno de cada dos jóvenes  no tengan  puesto de trabajo, el Ejecutivo conservador no hace suya esa realidad y  en vez de implementar  entornos políticos  propicios para el desarrollo de la  actividad   empresarial y la  exigida modificación  del sistema productivo, se empeña en seguir frenando el crecimiento y dando continuidad a sus inactivas políticas de empleo , es mas que evidente  que el paro soportado por esta  generación rechazada por los mismos  mercados que apadrinan la austeridad, seguirá su tónica ascendente hasta convertir a sus afectados en una generación perdida.