Susana Díaz, cuyo  único mérito fue pertenecer a las juventudes socialistas y haber guardado obediencia ciega a sus líderes, fue designada presidenta de la Junta de Andalucía por sus padrinos políticos los anteriores presidentes, para que no levantara las alfombras de la corrupción.

Seguidamente, le montaron la consiguiente campaña de marketing para hacerla famosa entre el “pueblo sabio” para que la votara, y así se creó un falso personaje político más.

Pero la campaña publicitaria para promocionarla, fue tan fuerte, que la propia Susana se la creyó, y en su fantasía, ya se vio ella de Presidenta de España, o algo más.

Por eso echó a sus socios de IU, disolvió el parlamento y convocó elecciones anticipadas, convencida de sacar una aplastante mayoría absoluta.

Pero como la fantasía va por un lado y la realidad por otro muy diferente, la muchacha se dio con un canto en los dientes.

Y ahora, ante el desgobierno y la incertidumbre creada, pretende que la culpa del desaguisado la tenga cualquiera, menos ella.

Pues no.

Y si se atreve, que convoque nuevas elecciones y ya verá la castaña que se pega.

¡Hay que vivir con los pies en el suelo, Susanita!

Lo malo es que siempre pierde, el que menos culpa tiene.

Rafael Bueno.

Córdoba.

Leo en la prensa que trasladan a Córdoba por haber sufrido un infarto, a D. Juan José Aguirre, un Obispo como Dios manda, que ejerce su misión Pastoral y Evangélica en Bangassou (República Centroafricana) entre los más desfavorecidos de la tierra.

Lo siento, y espero que tenga una pronta y total recuperación.

Parece que las enfermedades se ceban con la gente buena, mientras que la mala hierba, dura y dura.

No vendría mal que se quedara ya aquí.

Así Córdoba podría tener por fin un Obispo Creyente, y no los anticristos mercaderes del Templo que padecemos con los sepulcros blanqueados que les siguen.

Rafael Bueno.

Córdoba.

(Del Libro «Sol y Niebla. Epistolario»)

Cargado a rebosar de piñas color miel el pino de agujas verdes (pasión azulada) son hábitat de cotorras. Ese colorido pájaro que ha invadido las ciudades.

El Pino; sirve a su vez de parasol o paraguas según amenace el tiempo para aquellos sufridos viajeros en parada. Quienes si se descuidan… (Es una forma de decirlo) Se llevan regalo de las bullangueras aves.

De tronco grueso leñoso el Pino anuncia la edad que le carga en años sus agujas. En canción dicen: Las de siempre y adelante. Sin estación del año que lo desnude.

A sus semillas les crecen alas. Su polinización en primavera.

Como cada lunes Adela permanece estática junto al pino de la línea 47. Al que por el momento no le han quitado de su ombligo el óbolo.

Mimetizado en bailarina oriental de rubí o esmeralda en el ombligo; el Pino no pasó desapercibido aquel primer lunes de enero con su céntimo de cobre.

Ahora mediado mayo el céntimo continúa simpático donde fuera colocado por un posible estudiante de los muchos que en dicha parada suben a los diferentes autobuses de parada fija.

Una persona que pasa de los setenta mira a la copa del compañero. Un pino más desarrollado cargado de piñas femeninas y dice de viva voz:

-Que las piñas son un buen ahuyentador de cucarachas. ¡La pena es que estén tan altas para coger unas cuantas!

El autobús se aproxima. Hace parada. Y parte de los congregados montan entre ellos Adela.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay