Las fechas en las que estamos en las proximidades del 15 de mayo nos llevan a hablar de San Eufrasio.

San Eufrasio es uno de los siete varones apostólicos que en el siglo I llegaron a España, posiblemente a través de Almería. San Eufrasio se quedó en Iliturgi, actual Andújar. Actualmente es el patrón de la diócesis de Jaén.

San Eufrasio en Jaén. Catedral

Los siete varones apostólicos fueron ordenados obispos por San Pedro y San Pablo, eran amigos del apóstol Santiago y fueron los primeros evangelizadores de la península ibérica. Todos estos varones apostólicos se quedaron en las provincias de: Almería, Granada y Jaén. Y aquí comenzaron su labor como cristianos y como primeros sucesores de los apóstoles.

San Juan Pablo II en su venida España en 1982 se refirió                                                                                   a ellos como  los primeros que trajeron la fe de Jesucristo a España.

Procesión del Patrón en Andujar

Andújar tiene el privilegio de tener como patronos de la ciudad a los dos patronos de las diócesis, la virgen de la cabeza y San Eufrasio.

Hay una leyenda, muy afianzada ya en la tradición, de que el primer cuadro de la Virgen de la Cabeza se la entregó San Lucas a San Eufrasio para que la trajera a España y extendiera así la devoción a la Virgen en nuestra nación.

Después con la llegada de los musulmanes esta imagen se pudo perder o esconder en sierra morena y recuperar  posteriormente y milagrosamente una vez acabada la invasión musulmana.

San Eufrasio de Val do Mao Galicia

Es muy bueno que los ciudadanos de Jaén y provincia conozcamos nuestras tradiciones y nuestra historia; y es bueno también que los cristianos sepamos cuáles son nuestras raíces y el fundamento de nuestras creencias.

Virgen de la Cabeza

Que San Eufrasio y la Virgen de la Cabeza nos protejan y nos ayuden a caminar cada día siguiendo nuestras tradiciones y procurando ser ejemplares, con los demás, en ese cada día tantas veces tortuoso y difícil.

San Eufrasio ruega por nosotros. Virgen de la Cabeza ruega por nosotros.

De Pilar G. Del Burgo en Levante-EMV he extraído algún dato de la apertura de la 17 edición del ciclo de conferencias «Diálogos de Teología Almudí», organizado por la Facultad de Teología de Valencia y la Biblioteca Sacerdotal Almudí.

Dicho ciclo ayer contó con un invitado muy especial, el Prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría. Madrid, 1932, que es el Prelado, desde hace 21 años, de las 90.000 personas que forman parte de la Obra en todo el mundo.

Asistentes

Javier Echevarría se desplazó desde su residencia en Roma para atender a la invitación del Cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, a quien el Prelado Javier se refirió diciendo: «Es tal el afecto y la veneración que le tengo que me puede pedir lo que quiera».

El ciclo de conferencias de este año es un monográfico denominado: “Concilio Vaticano II y Sacerdocio”, al cumplirse 50 años de la Presbyterorum Ordinis y en memoria del antecesor del actual prelado, Álvaro del Portillo, que fue beatificado el 27 de septiembre del año pasado y fue el primer sucesor de Escrivá de Balaguer: San Josemaría

Cardenal y Prelado

Don Javier, al cumplir 21 años de edad, fue elegido secretario personal del fundador del Opus Dei, dos años antes de ordenarse como sacerdote, y permaneció a su lado hasta su muerte en 1975.  El Papa  San Juan Pablo II,  fue quien le designó Prelado de la Obra en abril de 1994 a la muerte del Beato Álvaro.

En la apertura de la sesión, Cañizares refiriéndose a la figura de Álvaro del Portillo declaró: «Siempre tuve la impresión gozosa de estar ante un santo».

Monjas asistentes con el Prelado y el Cardenal

Tanto el Cardenal como el Prelado, en sus respectivas intervenciones expresaron con firmeza la idea de que los sacerdotes debían de ser Santos: «No cabe una vida sacerdotal mediocre», nos dijo Javier Echevarría.

Recordó también el Prelado el afecto profundo que San Juan Pablo II sintió por el Beato Álvaro del Portillo y que ese respeto y admiración era compartida por la curia, «Fue aceptado por su bondad y por su saber servir a la Iglesia».

Antonio la Cava es un maestro Italiano y jubilado, protagonista de una preciosa y gran historia cultural, solidaria y humana.

Después de 42 años de enseñanza decidió que podría hacer aún más por los niños y por difundir el amor y la atracción por la lectura.

Así, en 2003, compró una moto con carro de segunda mano  y la modificó con destreza para crear una biblioteca portátil que pudiera contener 700 libros y que bautizó como: «Bibliomotocarro».  En ella ha estado viajando desde entonces.

Antonio la Cava

Cada semana conduce hasta las aldeas de la región de Basilicata en el sur de Italia. El sonido de un órgano anuncia su llegada.

Los niños, cuando oyen la canción, acuden a la biblioteca móvil con entusiasmo. La felicidad o la ilusión que muestran es muy parecida a la aparición de un camión de helados o de golosinas.

Antonio recorre cada mes 500 kilómetros llevando a los más pequeños su pasión por la lectura y lo hace de una forma totalmente altruista.

Sin duda, una labor de un valor incalculable en estos tiempos que corren poco dados a la generosidad y a la solidaridad.

Las historias como las de Antonio proliferan aún en este mundo nuestro; pero se necesitan más personas como él, más corazones solitarios y generosos, con los que este mundo podría cambiar totalmente su fisonomía y su aspecto. Un aspecto tantas veces triste y con un horizonte lleno de tonalidades grises y oscuros.

Pues si el bien es cierto que abunda; abunda más aún la maldad en el corazón humano. Con la reiteración de estas acciones que enriquecen a la persona podríamos ahogar la triste superabundancia del mal que llena la tierra de norte a sur y de este a oeste.

Adelante y gracias, Antonio, tu historia, tu generosidad y tu afán de transmitir la educación y la cultura es un bien tan excelso que te dignifica grandemente.