(Del Libro «Crónicas de Borrador»)
Se viene dando el caso de que en algunos comercios ponen a la venta sus productos con etiquetas en las que atrae la vista su 20% y 50% de descuento.
El motivo es variado. Por fecha próxima a la de caducidad (no caducado). Por ser sábado (final de semana para los productos de bollería) y el lunes las estanterías se reponen con los del día. Por gran almacenamiento de tal o tal variedad de fruta o verdura. Y también productos envasados. Carne, aves y conejo.
Hay otra posibilidad que no se da de continuo y es por remodelación del edificio. Los primeros productos a encontrar el 50% son los lácteos. Yogur especialmente.
Y aquí entra el paso por Caja.
Si el producto en cartel pone 0,70 céntimos de euro el vaso de yogur al pasar por la máquina resulta que da… 55 céntimos. Cuando debiera ser 35 céntimos.
Por tratarse de cierta cantidad la adquirida; el cliente dice a la cajera que se ha equivocado.
¿Dónde está el conflicto de intereses para que la persona al cargo de la caja argumente que es así…?
O no conoce las cuatro reglas y con ello los tantos por cientos o sus intereses a favor de la Empresa “sic”; contribuyen a la estafa.
La cajera saca frente y alega lo mucho comprado a este precio por el cliente (cuando en realidad no pone en carteleria un máximo).
No es la primera vez (las cajeras lo saben) que faltan carteles o que al paso por caja; se encuentra el comprador que el precio difiere del que viene en la propaganda que reparten por los buzones. De hacer comentario; la respuesta absurda: La caja todavía no ha registrado el nuevo precio.
¿Dónde y quien el responsable?
¿La Dirección que no coordina las diferentes Tiendas y lanza sus ofertas sin previsión ni provisión en tienda?
¿El personal que no está preparado para incluso advertir a gerencia de que existen reclamaciones?
Todo ello Señores tiene un nombre: Engaño.
La cajera tiene su parte de responsabilidad tanto para no equivocarse ni a favor ni en contra.
Sería de recomendar (ahora que es tiempo de tanto Cursillo) enseñar al personal su puesto en la tienda para que en definitiva la Comunidad de Clientes (que es la que hace viable la rentabilidad a las Empresas) no se vea discutida por hechos que motiva el propio momento de la Superficie.
En comentario escuchado y que comparto: Cada uno gasta su dinero como gusta.
Se puede ser espléndido en ocasiones…
Y pedir al vendedor-cajera que respete el precio que oferta.
50 por ciento de 0,70 céntimos (por decir algo) se queda en 35 céntimos.
El cordero marcado a 9,95 el kilo (oferta) al dejar el comercio y revisar la nota te encuentras que ha sido cobrado a 13,95€ el kilo.
¿Volver…?
Veinte kilómetros en esta ocasión separan al comprador de la superficie.
Nunca fue momento para dejar cliente a la puerta. Cerrada antes de la hora de cierre. ¿Qué falla?
La piramidal apuesta mal entendida.
Carmen Amigó y Pérez-Mongay
