Felipe González y su clan de la tortilla, cuando dejaron de ser Isidoro y demás, traicionaron la izquierda que venían predicando y abrazaron la oligarquía de poder del franquismo (Iglesia, Banca y Monopolios) que han continuado hasta nuestros días, mediante la actual partitocracia que padecemos.

Prueba de ello, es que en España no ha habido diferencia alguna, cuando ha gobernado el PP, o el PSOE.

Inmediatamente después de culminar la traición en el año 1.978, hicieron la purga interna en el partido, apartando a los socialistas obreros honrados y coherentes, e imponiendo a sus incondicionales.

Susana Díaz, designada dedocráticamente heredera de ese régimen, cumpliendo de nuevo órdenes de sus jefes, ha sido la cabeza visible del levantamiento contra Pedro Sánchez, que intentó llevar el PSOE a la izquierda, rompiendo totalmente con el PP.

Esta es la realidad.

Pero Andalucía y Extremadura, mayoritariamente rojas “gracias” al genocidio de Queipo de Llano; han sido las grandes engañadas de esta tragicomedia, porque con sus votos inocentes, han mantenido y encumbrado, a todos los traidores.

¿Lo digo más alto?

Rafael Bueno.

Córdoba.