La política en sus diversas esferas, municipal, comunitaria, nacional e internacional, se conforma por personas y agrupaciones unidas por Objetivos, por Destinos o Caminos y por Sistemas o Mecanismos socializantes diferenciados.

La tumoración en la política, como dirían los expertos, tiene dos vertientes la genética y la clínica.

Personas hay que caminan genéticamente mirando de soslayo con intención de aprovecharse de una sociedad de códigos penalistas pero permisiva, a la vez, con la genética corrupta individual.

Personas hay, que, en su devenir político, son infectadas, ¿casualmente?, por el famoso “virus hospitalario”

Cada cual, debe sacar conclusiones. Cada cual debe observar e intentar llegar a conocer y, si es posible, a entender qué OBJETIVOS buscan cada uno de los políticos “progres” que conocemos, qué medios van a utilizar y para terminar qué sistemas llevan en sus libros de “petete”.

Enfrascados en ese intento de conocer procuremos llegar a “calar” al enfermo genético, “aprovechao” por naturaleza y a “señalar” al que utilizando las circunstancias va engordando su peculio de forma rutinaria como el enfermo clínicamente crónico.

Estos dos tipos de políticos son propicios a los sistemas asamblearios en los que por propia naturaleza lo igualitario prevalece ante la inteligencia, ante los conocimientos y ante las intenciones sociales.

Pedro… Pablo… individuos o asociados. Pedro… Pablo… SER o NO SER. Pedro… Pablo… Moncloa, Comunidades, Ayuntamientos… o MILEURISTAS.

Pedro… Pablo…, tienen claro su objetivo personal; objetivo que irán adornando según las fiestas del lugar y que intentarán alcanzar con formas y maneras personalistas.

Los dos han elegido el “sistema de votos igualitarios o asamblearios” donde lo que vale son los NIF aunque no sepan leer… pero APLAUDEN.

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La impunemente quebrada anterior Cajasur y el impunemente quebrado Banco Popular, tienen un denominador común: El Vaticano (Iglesia Diocesana y Opus Dei).

Ambas entidades financieras han compartido incluso clientes/socios tóxicos, como el cordobés Sandokán, amigo personal de Fray Langostino.

Pero sobre todo, han compartido la complicidad presuntamente prevaricadora del Poder, para tapar todos sus desmanes, en lugar de aflorarlos y denunciarlos, como sería su obligación.

¡Esto es lo que padecemos!

¿Quién dijo que con Franco mandaba la Iglesia Católica?

Vamos, hombre.

Franco en la Iglesia fue un vulgar monaguillo, al lado de estos “demócratas aconfesionales” de ahora.

Si, todos los caminos conducen a Roma.

Rafael Bueno.

Córdoba.

Buenas tardes, soy Ángel, tengo un Citroen C4 del año 2006.
El mes pasado me dieron un golpe en la parte trasera de vehículo, entre varios desperfectos del parachoques y demás, el maletero quedó bloqueado, no podía abrirlo, en fin hacemos parte amistoso y sin problema con la otra parte.
Llevo el coche al concesionario Citroen por aquello de agilizar el asunto.
Un mes lleva el coche allí, ahora me dicen que el maletero tiene el cableado roto, que hay que cambiarlo para saber si la cerradura está rota, que el perito que se encarga del tema dice que eso de la cablería no es del golpe y que me tengo yo que hacer cargo, me piden 273€ por ello y después me dirán si la cerradura está rota o no, no sé que puedo hacer pues el maletero de mi coche funcionaba perfectamente antes del golpe.
También me dijeron que me iban a dejar coche de sustitución y nada de nada.

Buenas, no he contestado antes porque no tenía en vehículo en mi poder y temía que pudieran tocarle a cualquier cosa si leen algún comentario.

Ésto ha ocurrido en el concesionario Citroen de Albacete, GARAJES León.
Tras hablar con mi compañía de seguros, ellos mismo me aconsejaron sacar el coche de allí y llevarlo a otro taller.
Tras firmar un papel con las reparaciones que han hecho me dieron el coche y al mismo momento lo he llevado a otro taller, un mecánico de verdad, mirar las fotos de la cerradura, no me digáis que eso no lo han visto ellos, es increíble.
Con respecto al cableado hay un cable con algunos pelillos cortados, pero otros llevan la corriente perfectamente a la cerradura que está fracturada del golpe.

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