Hablar de ciencia, nunca es fácil, maxime  los tiempos que corren ( siempre habrá excusas para no hablar de ella) y aunque sea ya reiteradamente, esta que les escribe  siempre reivindicara el papel  importantísimo, que las ciencias y la tecnología  “juegan” en nuestra sociedad. No solo por las vocaciones “abnegadas” y en muchos casos “sufridas” de científicos y tecnólogos que no ven reconocidos sus esfuerzos ( talentos  que se ven obligados a emigrar) porque en su país no se les reconoce, y porque quizas los que me lean, vean reflejados sus propias vivencias y experiencias, por algo que les toca de “cerca” Nuestro país ( Euskadi) celebra de nuevo su semana de la Ciencia y la Tecnologia , y una vez mas en su sesión inagural , destacados miembros de nuestra comunidad científica, resaltaron los logros y las “carencias” que ocupan y preocupan a todos nuestros científicos e investigadores. La necesidad siempre presente de retener el talento, porque Euskadi  tiene actualmente la generación mejor prepara en ese ámbito. Reconocer y valorar el trabajo de los jovenes   científicos , ofrecerles salarios dignos y la importancia de “ atraer, retener y repatriar” a todas las personas “interesantes” para la comunidad científica y pese a que seguimos siendo, dentro del estado español , “lideres” en I+D  y los fondos  en la ultima década han aumentado sensiblemente, no puedo ni debo, dejar de hablar de ciencia, porque es su futuro ,nuestro futuro. Recordare por ultimo que en este mes de noviembre ( dia 10) se celebra el dia mundial de la Ciencia, para la paz y la convivencia.

El problema de la dejación, por parte de los garantes del respeto a la Constitución y al Estado, es que el tiempo, como en la naturaleza humana, enturbia la memoria y el cúmulo de falsedades y mentiras mentiras se convierten en axiomas.

No existe “155” que sea capaz de borrar los grafitis “mentales” de toda una ciudadanía.

Sólo la conjunción de una justicia firme y una reeducación seria y permanente podrían poner las cosas en su sitio.

Las diversas realidades históricas, lingüísticas y culturales en manos de expertos profesionales independientes darían sus frutos en tanto en cuanto sean asignaturas troncales y, por tanto, de obligado cumplimiento. En este campo se repetiría aunque sea con una sola falsedad.

Los incumplimientos a las promesas o juramentos realizados por las autoridades políticas, los ataques reiterados al sistema democráticamente elegido y la utilización indebida del patrimonio de todos deberían pasar al campo judicial. Como se dice en lenguaje popular “que cada palo aguante su vela”, es decir, que cada uno ha de sufrir lo que se merece o lo que le corresponde.

Otrosí digo: Existen actuaciones que por su gravedad deberían motivar un cambio drástico de nuestro código penal: la limpieza étnica, el lavado de los cerebros de los niños y la incitación al odio por motivos ideológicos deberían ser objeto de condenas no sólo firmes sino de bisturí. Me refiero a que cuando las personas no saben convivir y viven para destruir cualquier ideología, deberían ser enviados a “ciertas islas solitarias” donde puedan desarrollar su vida como deseen, sin perjudicar a nadie.

Allí, “en sus islas”, ellos serán felices y “muy libres” y “los de tierra firme” vivirán en paz.