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enero 2015

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Corrupción: La cara B de la democracia

Publicado por , Posteado enOpinión

En su intento de no pagar en las urnas la costosa factura de su corrupción, un PP acorralado, juega al despiste de la artimaña, al vender por cierta la reactivación económica, que por ficticia, le devolverá su rebote por efecto búmeran

Por mas versiones deformadas que nos quieran transmitir, lo cierto es  que España, lejos  de conducirse a través de  la estabilidad  de una democracia, lo está haciendo    a golpe  de trombos  y  volantazos, efectuados, por  unos pilotos suicidas  que enfundados  en la escafandra  de su escudería política,    han decidido  convertir al país   en su singular  circuito de confrontación, dispuestos  a quitar de circulación con todas las consecuencias   a quien se interponga en su frenética carrera del todo vale,  cuyo objetivo final  no es otro,   que alcanzar la meta a cualquier precio y seguir manteniendo así   el podium de la gobernabilidad,   aún cuando toda recompensa  de reconocimiento a su triunfo, mas que tener carácter  de merecido galardón sea la indecente tapadera  que  viene a encubrir la degenerada realidad de una interminable orgía de corrupción.

Por eso que ahora, cuando es ésta quien acecha,   los guías de la maquinación  sin decaer en  su deriva infractora, en línea con su reprensible  proceder,   intentan escabullir  el bulto y  negar  con ello  toda  implicación transgresora.

Siendo justamente esta actitud  de cinismo y disimulo la utilizada  por el Partido Popular, cuando haciendo una lectura sesgada  de lo escrito por el juez Pablo Ruz, en un intento de  confundir  al electorado,  aducen que al no presuponer su contenido una declaración de condena, el mismo, es expresivo exculpatorio de su formación en la trama  Gürtel.

Un dislate sin paliativos, por cuanto  de la exactitud del citado escrito  se concluye todo lo contrario y  pone al descubierto que   el «grupo  conservador» está metido hasta las cejas en el asunto, tal como  confirma la propia judicatura al obligar su  comparecencia en las actuaciones  en calidad de partícipe a título lucrativo, o lo que es lo mismo, al dejar expresado al margen de todo intento de evasión, que el partido de la gaviota está implicado al completo en esta  trama de financiación ilegal,   como lo determina  la circunstancia de  su  deber a comparecer en la causa  asistido de letrado y procurador, extremo que por su contundencia despeja toda duda de interpretación, dejando así   sin efecto las falacias con las que el PP quiere burlar su implicación y  disfrazado  de inocente esconder ante el electorado  su ostensible participación en los hechos.

Resultando por tanto  una  tomadura de pelo, que tras las evidencias refrendadas por la Fiscalía  y la Abogacía del Estado considerando «acreditada» la  existencia  de una caja B  para la financiación ilegal del actual partido en el  Gobierno al  igual que su implicación participativa a título lucrativo, el PP como directo aludido, en vez de asumir  las consecuencias jurídicas y políticas derivadas de tal aserción,   a pesar  de  la existencia  de  testimonios probatorios,   en un ejercicio de negación de lo evidente  y del arrinconamiento de la verdad,  opte por darse a la fuga  de toda  responsabilidad y  proclamarse  ajeno a las gravísimas acusaciones que vienen a refrendan su imputación.

Cuando queda probado la existencia de una red de corrupción participada por el PP, no es de recibo que sus mandatarios miren hacia otra parte rehuyendo toda responsabilidad en el asunto,

Al Partido Popular  le ha estallado la Gürtel  en el peor de los  momentos y con impactante  percusión en su estructura política, al quedar probado a través de  la Intervención del Estado el pago en negro  de las obras de reforma en su sede  de la calle Génova, como también contrastado el uso de fondos provenientes  de esa caja negra para el pago de sobresueldos de la cúpula dirigente, gastos ordinarios del partido y para campañas electorales, y todo a pesar que dichas conclusiones estuvieran precedidas de una total falta de colaboración con la justicia, hasta el extremo,  de forzar que la Policía  tuviera que incautar la documentación requerida mediante  registro realizado en su sede central por mandato y orden judicial.

Por eso, cuando queda probado la existencia de una red de corrupción participada por el PP, no es de recibo que sus mandatarios miren hacia otra parte   rehuyendo de forma sistemática toda responsabilidad en el asunto, salvo, que además de su ligereza  de trato para con la   justicia,   su intención final  tenga por único propósito  el tomar por imbéciles a la ciudadanía.

Es una  obviedad por tanto  afirmar   que el PP no es ajeno a la trama corrupta  de la Gürtel por ser  su mas directo referente, pues además de la complicidad  mantenida por  sus testaferros con el gobierno de Aznar, el histórico delictivo  que  alimentó la caja B de la corrupción,   tuvo por vinculado clientelar, el ávido apoyo  de unas administraciones publicas que  regidas  por políticos de idéntico signo, hicieron  del marco  de contratación un garito de chalaneo,  sin  la mínima observancia  ni acatamiento  a disciplina legal, hasta el extremo, que en la mayoría de los casos la retroactividad aleatoria de las adjudicaciones de licitación, de llevarse a término,   destaparía en cada caso un nuevo escándalo institucional.

Apuntando como agravante,  la apología de autoritarismo que supuso  la destitución dictada  por Rajoy contra los inspectores de Hacienda, que en ejercicio de sus facultades escrutaban la participación del PP en la tramoya  ilícita.

De ahí que afianzándose  en la rotundidad de los hechos, no quede otra   que  concluir confirmando  que lo que  avistamos    a flote en este piélago de impureza política, es tan  solo   un referente minúsculo  de un gigantesco iceberg de corrupción, que lejos de tener por padrino  al anonimato tiene procedencia y protagonistas  concretos.

 




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