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diciembre 2013

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No se salvaron dos, sino tres.

Publicado por , Posteado enartículo personal, Opinión

Hace unos días en la hemeroteca de una página de internet, dedicada a la prensa diaria, encontré el siguiente titular, fechado el domingo, 28 de julio y concretamente en el diario el País: “No se salvaron dos, sino tres”. La noticia contaba el caso de una mujer embarazada de siete semanas  y su hijo de siete años que sobrevivieron al terrible accidente ferroviario de Santiago de Compostela. La mujer era Marisol Echevarría y se enteró de que estaba embarazada cuando entró al hospital por las heridas recibidas en el accidente ferroviario. ¿Por qué un bebé en el seno materno es un ser humano en unas circunstancias y no en otras? ¿Cuándo deja de serlo? Es muy bueno que nos acostumbremos a ver siempre vida en donde hay vida. En muchas ocasiones por defender el aborto tergiversamos la verdad     y convertimos a un ser humano aún no nacido en un: “Objeto no identificado”. Y esto lo hacemos en el “Centro de la Mujer” de los más diversos lugares y lo hacemos en “Periódicos” y lo hacemos en “Revistas cualificadas” y lo hacemos en los más diversos “foros”. Por desgracia en muchas ocasiones interesa  transformar la vida en muerte, debido simplemente al egoísmo, o al placer, o a la comodidad, o por hacernos dueños absolutos de la creación. En esos casos: ni Dios, ni la vida importa, impera la cultura de la muerte. En esta ocasión el diario el País ha acertado con el titular y hay que felicitarlo, pero en muchas otras ocasiones opta: por la ambigüedad o por la cultura de la muerte. Es bueno que, al menos, las desgracias nos sirvan para ir rectificando el rumbo: El rumbo de la maldad o el rumbo de la indiferencia o el rumbo de la muerte de seres inocentes.



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