Cartas al Director

Participé en la constitución de la citada red, creyéndome sus objetivos de luchar por la libertad de conciencia y contra los reiterados ataques del Obispo de Córdoba Demetrio, gran sembrador de odio y gran repartidor de insultos, ante su más que demostrada incapacidad de convencer a nadie de nada.

Mi gozo en un pozo.

No he durado ni un mes en la red, porque cuando llegó la hora de plantarle cara al Obispo Demetrio, los partidos de “izquierdas” que en su día se vendieron al poder financiero de la quebrada Cajasur de la “Santa” Iglesia Católica, traicionando sus más elementales principios ideológicos y pisoteando la memoria de los que todavía yacen en fosas comunes; ordenaron inmediatamente frenar la iniciativa, naturalmente, por miedo a que la Iglesia cuente y demuestre, “cosas” de esa “izquierda”.

¡Toparon con la Iglesia!

Cuando alguien vende su alma al Diablo, ha perdido para siempre su libertad, su credibilidad, y sobre todo, su dignidad.

¡Por sus obras los conoceréis!

Tanto a los unos, como a los otros.

Rafael Bueno.

Córdoba.

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