De nuevo la casta política organiza una manifestación, con la única finalidad del “quítate tú, para ponerme yo”.

Los intereses del pueblo ahí ni están, ni se les espera.

La casta política al igual que sus socios de la Iglesia, siempre utilizan al pueblo y a los fieles, para sus fines particulares.

Y lo malo es que el pueblo y los fieles, se prestan.

Cuando haya una manifestación del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; ahí estaré yo el primero.

Y esa manifestación sería obviamente, para acabar con la oligarquía de poder disfrazada de democracia, que padecemos.

Exactamente, la misma oligarquía del franquismo.

Rafael Bueno.

Córdoba.

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Los ni socialistas ni obreros del régimen andaluz anterior, tenían dinero para putas y cocaína para ellos, pero no tenían dinero para la sanidad y la educación del pueblo.

Y ahora llegan los nuevos, nombrando Consejero de Sanidad a un personaje, que nombró colegiado de honor del colegio médico cordobés (cómo no) al Arcángel San Rafael.

¡Toma ya!

La Ciencia, que es pura evidencia; mezclándose con las creencias, que son puro esoterismo.

¿Nos está diciendo la nueva Sanidad andaluza, que lo mejor para nuestra salud es rezar?

Pues menuda confianza nos dan.

Claro que ya hemos tenido una Ministra de empleo que nos encomendó a la Virgen del Rocío, y así nos va.

¡Qué tropa!

Rafael Bueno.

Córdoba.

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El busto en la Victoria del Sacerdote Gómez Aguilar, que fue un Cura como Dios manda, día sí y día no, aparece con pintadas.

Ahora aparece con pintadas la plaza de las Doblas, mientras que la Fundación Castillejo, no tiene ni una sola mancha.

Todos hemos visto lo que no hizo Córdoba, para evitar la quiebra de la cajasur eclesiástica.

Qué decir de todos esos empresarios expulsados de Córdoba y que venían a crear empleo y riqueza.

Recuerdo haber visto a los socios de un club privado de Córdoba, contando lo que habían robado algunos miembros de su directiva, mientras hacían cola para reelegirlos y felicitarlos por su “buen hacer”.

Y mil casos más.

¿Será verdad como dicen algunos, que el lema cordobés es: cuanto peor, mejor; y que se quede mi vecino ciego aunque yo me quede tuerto?

¡Imposible avanzar y progresar, así!

Rafael Bueno.

Córdoba.

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