Hola. Soy una votante. Una silenciosa, constante, paciente votante. Mi papel no es entrar en debates, pero  tan cansada estoy de que hablen de mí, que prefiero expresarme para ser tomada en cuenta cuando alguien se pretenda arrogar la opinión de los votantes socialistas…

Voté a Zapatero y le defendí cuando metió el patón y nos hizo firmar ese renuncio de soberanía del famoso artículo. “Es que esto de la crisis es un verdadero golpe de estado financiero y ni sabíamos lo que pasaba, dije”. Voté a Rubalcaba, sin carisma ninguno, y voté a Pedro Sánchez, aunque ni sabía quién era ni me entusiasmaba. En realidad, solo dejé de votar socialismo en los peores años de Felipismo liberalista.

No puedo votar a Podemos, porque no creo en las actitudes, formas y dogmatismo fundamentalista  de sus principales dirigentes. Tampoco soy simpatizante del independentismo y veo un problemón gordo en la celebración de los referéndums soberanistas. Pero me limito a votar y a aceptar lo que los otros votan. Y si en este país ahora no hay más tu tía que pactar con estos universitarios de tertulia que son los Podemos y hay que aceptar el clamor de la izquierda en las comunidades con sentir nacional por el referéndum, entiendo que eso es la democracia aunque no me guste. Lo que de ninguna manera consiento es que se olvide todo lo que ha pasado con el PP en estos y muchos otros años.

De ninguna manera acepto que mi voto sirva para perpetuar a quienes colocaron a Rato, a aquella congresista que dijo a l@s trabajador@s de este país: “Ahora os vais a enterar”, a los de la privatización de nuestra sanidad, a los de los barracones como colegio en Valencia, a los señoritos y caciques que nunca han entendido la colectivización del trabajo en Andalucía y la dignidad de su campo, a los que siguen manteniendo Galicia en el tercer mundo, con autovías carísimas y carreteras imposibles y peligrosas,  a los que se rieron del Cambio climático, a los recortadores de becas y apoyadores de Vegas y universidades privadas, a los que vendieron la Puerta de Sol a una multinacional de teléfonos, a los que han insultado sistemáticamente a todos nuestros dirigentes socialistas, generando odio y falta de respeto hacia ellos, a los de la amnistía fiscal, a los que usan las huchas de pensiones, a los que dejan ir de rositas a los banqueros estafadores con pensiones multimillonarias, a los de la Ley Mordaza,  y más y más…

Los votantes contamos. Y no he visto más que un boicoteo constante al intento de Sánchez de salvar esta dificilísima situación. No hay más remedio que escuchar la voz de los nacionalistas y avanzar corriendo al federalismo, no hay más remedio que soportar las formas y el dogmatismo de los demagogos de Podemos, porque es lo que tenemos. Y demostrar con el ejemplo dónde estamos los que construyeron este país libre y de bienestar. El futuro de la España que soñamos un día está en juego.

Por favor, no me dejen sin poder votar en las próximas elecciones. Soy una votante socialista y no sabré dónde está el socialismo si apoyan ustedes con la abstención al PP.