Cartas al Director

Tenemos que acabar de un plumazo con esa indigna e ilegítima ley medieval del aforamiento, por el que la casta del Poder y su cuadrilla, permanecen impunes de sus abusos y fechorías.

Y no sólo hay que acabar con ella, sino que sería conveniente invertir sus términos, de manera que sobre esa casta, pesara el doble de  condena que sobre otro Ciudadano cualquiera, por traicionar el mandato y la confianza del Pueblo.

¿No dice la Constitución que “debemos” ser todos iguales ante la Ley?

Pues los que nos “representan” deben ser más iguales, porque están obligados a ser el ejemplo.

Rafael Bueno.

Córdoba