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lunes

20

mayo 2013

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¿Ciencia… o fantasías humanas?

Publicado por , Posteado enOpinión

La ciencia se basa es el conocimiento técnico y verdadero de las cosas y las fantasías no son otra cosa que ideas delirantes de los hombres sobre lo que “debe ser” la realidad de las cosas. El conocimiento sobre una o varias materias del saber científico se ve sometido y expuesto al surgimiento de nuevas teorías o puntos de vista más fiables. No da por hecho que el conocimiento adquirido sobre una materia está cerrado o completado. El conocimiento puro no impone restricciones a la inventiva o al progreso que colabore a conocer la verdad de las cosas. Sin embargo, las fantasías heredadas y establecidas como dogma de fe, se cierran en banda ante cualquier idea o teoría nueva que las ponga en cuestión. Y eso es lo que está sucediendo en la actualidad en el vasto campo del conocimiento delirante de la ciencia.

¿Cuál ha sido el proceso por el que se ha llegado a esta situación? Sencillo. Hubo un primer tonto que puso las bases irracionales de la astronomía moderna y otros tontos le siguieron el juego intentando confirmar su estupidez esgrimiendo argumentos delirantes reforzados con estructuras matemáticas. Y así, los pueblos y las naciones quedaron subyugados por el poder de la persuasión, la fantasía y la estupidez humana. Nadie cuestionó o se preguntó nunca si todos los dogmas de fe científicos que se establecieron y que violentan la razón y el sentido común no podían tener otra explicación. Y claro que la tienen. Pero la mecánica social impuesta en el mundo por la ciencia delirante y la política rentable impide que la sociedad conozca otra explicación o alternativa más sencilla y razonable. Los poderes científicos, políticos y económicos que rigen el mundo no están dispuestos a que sus “negocios” millonarios se vengan abajo. Negocios millonarios cuya rentabilidad depende de mantener a las gentes y a las naciones sumidas en un profundo y largo sueño. Y, claro está, si los pueblos abriesen los ojos se pondría fin a tantos engaños, falsedades y aberraciones internacionales.

Ahora bien, ¿este argumento es gratuito o existen pruebas para mantener lo que digo? Las pruebas racionales y matemáticas existen y además son abundantes. Lo que ocurre es que nadie está dispuesto a considerarlas por creer, ingenua o interesadamente, que las teorías cosmológicas modernas están ya lo suficientemente sometidas a la falsabilidad. Pero dicho criterio es propio de ignorancias supinas manifiestas. Toda realidad puede explicarse de múltiples formas y no solo de la única forma que conviene a los poderes mundanos establecidos. Y entre la diversidad de posibles explicaciones sobre una materia del conocimiento debe prevalecer aquella cuya explicación sea la más simple y coherente. Un ejemplo lo tenemos en el tratamiento científico histórico que supuso la “paradoja de Olbers”. ¿Si los astros estelares que pueblan el cielo nocturno son de naturaleza solar, cómo es – preguntó Olbers a la comunidad científica- que no suframos en la Tierra los efectos de tanta luz en el cosmos? Un simple cálculo matemático ponía de manifiesto que si las estrellas son de naturaleza solar la temperatura en la Tierra debería alcanzar los ¡5.000 grados centígrados! Y no solo eso. Olbers dedujo que el cielo nocturno debería estar tan iluminado como el diurno. La paradoja removió los cimientos de la cosmología. Todos los astrónomos y astrofísicos se pusieron manos a la obra para intentar ofrecer una respuesta a la misma… y todavía hoy, en pleno siglo XXI, la cosmología establecida sigue sin ofrecer una respuesta racional y coherente. Un intento baldío de responder a la paradoja, y cuyo “descubrimiento” festejó la comunidad científica, fue la teoría de E. Halley basada en la expansión del Universo. Pero no se dejen engañar. La “expansión del Universo” tampoco tiene lugar. Las numerosas colisiones observadas entre galaxias invalidan totalmente dicha teoría que enuncia el aumento continuado de la distancia entre estas. Es tan solo otra fantasía más creada por el hombre para mantener vigente los múltiples delirios enfermizos de muchos científicos. Y entonces, ¿cuál es la respuesta contundente a la paradoja de Olbers? Pues, ni más ni menos, que los astros estelares y las galaxias son todos de naturaleza planetaria o gaseosa, sin luz propia. Y el brillo que observamos en los astros estelares nocturnos tiene su origen en la luz que emite el único Sol que ilumina y calienta la Tierra. En consecuencia, la paradoja de Olbers queda total y rotundamente respondida, neutralizada o invalidada. ¿Les parece increíble? Lo que a mi me parece increíble es que la humanidad haya puesto su fe –Ah, pero, ¿la fe no es un aspecto inherente a la religión cristiana?- en un sin fin de tonterías creadas por el hombre engalanadas con brillantes discursos y bonitas ecuaciones.

Como he dicho arriba, la paradoja de Olbers es tan solo uno de tantos ejemplos que vienen a demostrar la incoherencia, la ceguera y la estupidez que subyace en el colectivo internacional de astrónomos y astrofísicos. Podría extenderme aportando nuevos argumentos y pruebas que ponen de manifiesto la espiral de esquizofrenia que desde hace cuatro siglos se instaló entre los investigadores del cosmos, pero soy plenamente consciente de que es inutil mostrar algo a quienes permanecen dormidos.



domingo

19

mayo 2013

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El ADN de la estupidez

Publicado por , Posteado enOpinión

En este país de países llamado España, la investigación científica debe estar orientada, si o si, a satisfacer el criterio impuesto por el poder científico y el político. El uno se alimenta del otro. Si el resultado de una investigación científica no cumple con los intereses y “expectativas” políticas, los poderes científicos rechazan cualquier posibilidad de considerarla. No importa si las conclusiones son o no relevantes o trascendentes para la humanidad, lo que importa, y se gratifica generosamente, es que las nuevas teorías, por muy absurdas que estas sean, confirmen el origen azaroso del Universo, la consiguiente inexistencia de Dios y el origen bestial de la humanidad. ¿Por qué? Porque los falsos poderes políticos, económicos y religiosos se sustentan o “cuelgan” de las falsedades científicas. De otro modo, las “franquicias” políticas y económicas internacionales, con sede central en Estados Unidos, se vendrían abajo ante la fuerza imparable y arrolladora de la verdad científica.

Todo comenzó hace unos treinta siglos con “sabios” que vivían inmersos en una cultura idólatra y pagana donde idearon y establecieron un modelo planetario basándose en la inmovilidad orbital aparente de las estrellas. Dicho error de la antigüedad se volvió a considerar en el siglo XVI -y aun persiste la misma consideración- por otro “sabio” de origen polaco al que veneran todos los adoctrinados de la falsa ciencia. Comenzó, entonces, a levantarse el moderno edificio de las falsedades científicas lleno de herrumbre en su interior pero con su exterior iluminado con llamativas luces de neón a cuyo edificio llamaron “ciencia”. Los hijos de la “ilustración”, compuesto en su mayoría por intelectuales ciegos, colaboraron a levantarlo y a sostenerlo comenzando así el adoctrinamiento cultural y social y obligando al mundo a creer en sus teorías carentes de un mínimo sentido común. Modelo cosmológico y teorías históricas modernas que han sido clara y rotundamente refutadas desde hace ya una década. Refutación demostrada que ningún poder, experto o institución desea tomar en consideración por dos razones: 1) el autor de la nueva teoría universal se confiesa cristiano y consideran, claro está, “invalidado” el resultado de la investigación. En otras palabras, los “ínclitos” necios consideran que la investigación realizada por un ateo cuenta con mayor fiabilidad que la realizada por un creyente. Como si los creyentes no supiesen razonar o concluir que 2+2 = 4, o que 5^2= 25. Este pensamiento esquizofrénico es el que está gobernando el mundo del Conocimiento y el que impide que la humanidad conozca la realidad objetiva y razonada de las cosas, y 2) los poderes científicos y políticos consideran que las conclusiones de la investigación llevada a cabo por este autor resultan “Altamente peligrosas” para la estabilidad del sistema internacional basado en el engaño, la manipulación y la esclavitud humana. Y no les falta razón…

Y así, siglo tras siglo, las sucesivas generaciones humanas hemos llegado al siglo XXI en el que se pondrá fin a tanto fraude y engaño. Y no crean que exagero. La sociedad está siendo engañada conscientemente porque la Asociación Astronómica Internacional dispone de elementos o pruebas objetivas (fotografías) que demuestran la falsedad de sus propios postulados y enunciados sobre la naturaleza de las estrellas «lejanas». Hace cinco años cometieron el «error» de hacer públicas las fotografías de dos estrellas conocidas que ponían de manifiesto que dichas estrellas son de naturaleza planetaria y no astros solares. El director del equipo científico que consiguió dichas imágenes fotográficas expresó en una entrevista que el equipo continuaría obteniendo fotografías de otras estrellas… A día de hoy, cinco años después de publicarse dichas imágenes fotográficas, no se han vuelto a publicar imágenes obtenidas de otras estrellas. ¿Cuál es la razón de mantener ese «silencio fotográfico»? ¿Acaso no serían pruebas objetivas con la suficiente entidad para reafirmar las teorías cosmológicas modernas? La razón del «carpetazo» al proyecto científico es obvia: el vacío informativo sobre este tema confirma que se pretende ocultar a la sociedad información valiosa. Información que la Asociación Astronómica Internacional y los poderes políticos han optado por ocultarla para continuar «mareando la perdiz» manteniendo el engaño cosmológico histórico.

Es más, para evitar cualquier signo de duda sobre la fiabilidad de los postulados cosmológicos, los medios puestos a disposición de las instituciones científicas “inyectan” diariamente en los hogares fuertes dosis de falsedades cosmológicas mediante documentales «científicos», con la colaboración de personajes «ilustres», para mantener en pie lo que amenaza con una próxima e inevitable ruina. Y si la humanidad permanece impasible ante el pensamiento uniformado que impone la dictadura científica, la humanidad acabará –en realidad ya lo está siendo- vejada y sometida totalmente a los poderes económicos y políticos.

Con la crisis internacional, la humanidad se queja de estar siendo víctima de intereses políticos y económicos, ignorando por completo que quien dirige la batuta de los poderosos, es la falsa ciencia que con su poder sobre las conciencias ha conseguido confundir a los hombres, a los pueblos y a las naciones. No es de extrañar, pues, que muchos profesionales de la información viertan en sus artículos periodísticos, un día si y el otro también, innumerables tonterías sobre ciencia dignas de ser expuestas, algún día, en el Museo de las Estupideces. Hablan mucho de lo que nada conocen. Es el resultado de creerse «intelectuales» de la ignorancia, de aplicar los prejuicios y de colaborar con las falsedades científicas establecidas… Y se creen libres.


neumaticos-online.es


miércoles

15

mayo 2013

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La broma del I+D en España

Publicado por , Posteado enMº Educación, Opinión

Escucho la noticia de que el mejor físico joven de España se encuentra en situación de desempleo. Personalmente, no me extraña en absoluto. ¿Qué esperan de una estructura política sustentada en el capricho, en la inmoralidad y la indecencia, donde se considera inteligente a los idiotas, listos a los corruptos, sabios a los necios, etc.? No resulta entonces extraño que la estupidez se vea compensada con ofertas de trabajo y la inteligencia entre a formar parte en las numerosas colas del INEM.

El que esto escribe, comenzó hace 25 años a investigar los fundamentos de la Astronomía o Cosmología moderna. El resultado de mi investigación libre, independiente y sin compromisos ideológicos, me resultó sorprendente. Tanto que me mantuve en silencio durante algún tiempo por temor a las consecuencias sociales, políticas y religiosas que dicho descubrimiento científico podía ocasionar. Sin embargo, una vez hube digerido la nueva realidad me propuse darla a conocer asumiendo todas las posibles consecuencias. Pequé de ingenuo al creer que la sociedad y los organismos culturales admitirían las conclusiones de mi investigación. Lejos de prestar atención a unas conclusiones que podrían considerarse como el mayor descubrimiento científico de la Historia humana, se ignoró y se despreció el fruto de largos años de estudio.

Hasta el día de la fecha nadie: ni experto ni institución universitaria alguna ha refutado nunca las conclusiones científicas de las que soy autor. Y nadie: ni experto ni institución universitaria alguna se han dignado recoger el guante para realizar un debate conmigo. Por supuesto, ningún medio de comunicación se ha mostrado dispuesto a publicar nada. En consecuencia, a la sociedad española se la está ocultando una información trascendental que daría lugar a un cambio radical en la comprensión del mundo, la política y la religión.

Y para prevenir que se me conceda la oportunidad de demostrar la nueva teoría cosmológica universal y, consiguientemente la falsedad de las teorías cosmológicas modernas, la «infantería» adoctrinada se dedica a descalificarme mediante prejuicios, insultos y demás métodos estratégicos de silenciar o «matar al mensajero». Todos se precipitan en juzgar mis conclusiones sin concederme lo realmente valioso: la palabra, de la que si goza amplia y libremente la falsedad.