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febrero 2013

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Dopaje

Publicado por , Posteado enDeporte, Opinión

Ayer haciendo zapping en la TV, vi unas imágenes que me llevaron a la reflexión. Se trataba del juicio que se está llevando a cabo estos días de la llamada «Operación Puerto» y de como el doctor Eufemiano Fuentes se prestaba voluntario para descifrar los nombres a los que pertenecían las bolsas de sangre incautadas. La jueza respondió que no hacía falta, lo cual no me sorprendió teniendo en cuenta que entre esos nombres se encuentran futbolistas, tenistas, atletas y otra serie de deportistas.

Este tipo de situaciones son los que reflejan la verdadera España, un país sin justicia y corrupta. Resulta que si se trata de un deporte donde el dinero brilla por su ausencia en comparación con otros deportes, como es el caso del ciclismo, todo vale. Sacar nombres a la luz, ensuciar el prestigio y la dignidad del ciclista sin ningún tipo de escrúpulo, incluso decir que los ciclistas son los yonquis de la sociedad. Ahora, si hablamos de fútbol o de tenis, donde las grandes firmas invierten cantidades de dinero millonarias y no conviene que ningún caso de dopaje salga a la luz para no ensuciar la imagen de dichas marcas, mejor ni abran la boca si no quieren ser vapuleados por todos los lados. Como todo en este país llamado España, las cosas se hacen según el dinero que haya de por medio y el resultado es bien palpable: el país no funciona.

Cuando escucho a los máximos responsables antidopaje hablar de la lucha contra el dopaje y la limpieza en el deporte, parece que se han olvidado que el fútbol, tenis, baloncesto, etc. también son deportes, pues nunca los mencionan.

Para darnos cuenta hasta que punto ha calado en nosotros el mensaje de que el dopaje es solo cosa del ciclismo, me gustaría poner dos ejemplos.

1. A estas alturas son bien conocidas por todos nosotros las famosas autotransfusiones. Se trata de sacar una cantidad determinada de sangre al deportista, hacerle una tratamiento en un laboratorio y volver a insertárselo para aumentar el rendimiento o facilitar la recuperación física y/o de lesiones. Pues resulta que si se la hacen a un ciclista es un dopado y un yonqui asqueroso, pero si hablamos de un futbolista es un proceso médico normal y corriente. O no me digan ustedes que no han oído hablar de las famosas autotransfusiones que practican los futbolistas para agilizar la recuperación de sus lesiones. Ante dicha práctica yo no he visto a nadie salir en público a denunciarlo. Ni si quiera a la propia AMA (Agencia Mundial Antidopaje) que tanto predica a los cuatro vientos el deporte limpio.

2. Todos estamos de acuerdo que es imposible correr durante veintiún días un Tour de Francia sin doparse, pero según nosotros es posible jugar al fútbol tres partidos a la semana durante toda la temporada, o jugar durante tres cuartos del año al tenis sin parar. Hace tiempo dijo un médico, que un futbolista no podía jugar mas de cuarenta y cinco partidos por temporada, cifra que los más grandes futbolistas sobrepasan con creces, y bien pronto le cortaron la cabeza, pues no interesaba. O, ¿serían ustedes capaces de jugar al tenis partidos de tres o cuatro horas cada dos días?

Señores, no seamos hipócritas. Si deseamos un deporte limpio y sin trampas, hagámoslo en todos los ámbitos y caiga quien caiga. Como dice un conocido refrán, no hay mayor ciego que el que no quiere ver.


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