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febrero 2013

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El Poder y la obediencia

Publicado por , Posteado enOpinión

Si repasamos el modus operandi del Poder en sus distintas facetas, política, económica y religiosa, comprobamos que siempre es el mismo. Pues todos los sistemas de dominación son jerárquicos y lejos de pretender alimentar la consciencia del hombre, buscan su docilidad.
Estos Sistemas jerarquizados han ido destruyendo sistemáticamente todos los intentos pasados de colaboración humana y ayuda mutua.
En lo religioso, las comunidades de base, han sido miradas con lupa y acabado siendo desnaturalizadas, obligadas siempre a someterse a la ortodoxia impuesta desde la cúpula. Corrupta como está quedando visualizada actualmente a los ojos de todos los que quieran ver.
En lo político-económico (que tanto monta, monta tanto), los pasos dados hacia una supuesta «Globalización» han sido, simple y llanamente, un intento avanzado de sometimiento de la población mundial a los dictados de la Economía. Una «Economía» que, lejos de ayudar a facilitar el movimiento del dinero para servir a la faceta productiva y de desarrollo del ser humano consciente, se ha convertido en un fin en sí misma, un auténtico cáncer del Sistema. Cada vez hay más dinero que se mueve más rápido por todo el mundo, sin restricciones, pero vemos como solo una mínima proporción del mismo se destina a ayudar a nuevos proyectos y empresas. El resto se mueve, vertiginosamente eso sí, pero solo sirve, está sirviendo, al puro enriquecimiento especulativo
La Revolución, que está dando sus primeros pasos, debe considerar inevitablemente estos aspectos y empezar por el principio, para poder rescatar al ser humano de su obediencia a estas fuerzas ciegas. Fuerzas que ignoran nuestra esencia humana, libre y no destinada a servir a los intereses de este Sistema de Dominación que, convenientemente, se sirve del Estado y sus políticos y satélites, para llevarnos por donde ellos quieren. Aunque, en su ceguera, no están calculando bien las consecuencias de sus actos, entrando las sociedades de las que se sirven, frecuentemente en crisis, cada día más difíciles de solucionar desde sus postulados.
Tendremos que recordar esto, por tanto, y empezar a recuperar al hombre de la acción de estas fuerzas inconscientes y de su deriva actual, absolutamente desastrosa.
La Revolución, ética y de consciencia, basada en principios y valores, en ideales, es inevitable. Y solo está esperando que nos contagiemos unos a otros, que seamos ya tantos los seres conscientes de su necesidad que la podamos hacer factible.
Nos intentarán seguir asustando utilizando el Miedo, pero lo que debemos temer sobremanera es este Sistema de Dominación y su inconsciencia manifiesta.



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