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octubre 2015

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La fe ante el materialismo de los hijos.

Publicado por , Posteado enOpinión

1574-11-19-08-padres¿Qué hacer como padres para educar en la fe católica?

Tenemos que saber que preparar a nuestros hijos a seguir a Cristo es prepararles a tomar un camino difícil.

Vivir una vida de virtudes cristianas actualmente es vivir contracorriente, pero más aún:

  • En este mundo materialista, sexualmente decadente y moralmente relativista de hoy.

Teniendo esto en cuenta, aquí vamos a dar unos pilares o fundamentos para construir el carácter católico y enseñarles la importancia tanto de las virtudes naturales como de las sobrenaturales

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La familia de la ministra de trabajo alemana

Para empezar: Construir una relación de amor, estando tiempo junto a los hijos:

  • Los niños se preocupan por nuestros valores y vivencias cuando saben que nos preocupamos por ellos. Tiempo íntimo y afectivo es especialmente importante para que nuestros hijos se sientan amados
  • El amor es también por lo tanto: comunicación, dialogo, trato, vivencias mutuas. El amor es sacrificio, entrega, preocupación, atención.

familias-cristianas-en-tiempo-difciles-10-638También se demuestra que cuanto el esposo y la esposa practican su fe, mejor es su relación y más sanos crecen sus hijos.

Enseñarles directamente, pues nuestros hijos tienen que conocer los valores y las creencias que lo animan.

Muy importante: Tenemos que practicar lo que predicamos, pero también tenemos que predicar lo que practicamos.

imagesHay que enseñar los buenos modales directamente:

  • «Di por favor y gracias.»  “Se atentó y educado.”
  • “Contesta bien.” «No interrumpas.”
  • “No mientas.” “Juega limpio.”
  • “Se aseado” “No tengas mala idea.”
  • “No le quites cosas a los demás”
  • “Pide perdón por tus fallos”

CRISTIANO_ENSEÑANDOPodríamos hacer una lista de las verdades y virtudes católicas que queremos enseñar a nuestros hijos.

Otras verdades católicas que hay que transmitir son:

  • El sexo es un hermoso don del Dios bueno, pero reservado por Dios para el matrimonio de un hombre y una mujer.
  • Cuando unimos nuestros sufrimientos a la Cruz de Cristo participamos en su obra de salvar a las almas.
  • La Santa Misa es la parte más importante de nuestra fe a través de la cual Jesús sigue redimiendo al mundo; y tenemos la obligación de ir a Misa los domingos.
  • Una relación con la Santísima Virgen es el camino seguro a una relación con su Hijo.
  • La vida es sagrada desde la concepción hasta la muerte natural.
  • Pedro11Y tenemos además un deber especial de ayudar a los predilectos de Cristo:
    • Los pobres. Los que no tienen hogar.
    • Los discapacitados. Los enfermos.
    • Los oprimidos. Los parados.
    • Los perseguidos por la fe y los no nacidos.

Como padres, tenemos que tener un fuerte sentido de nuestra autoridad moral y luego ejercerla sabiamente.

Dirige-a-tus-hijos-por-el-camino-correctoTenemos que mantener posturas firmes que sean consecuentes con nuestros valores católicos.

Por ejemplo, ¿qué cosas prohibimos?:

  • ¿Los videojuegos violentos? ¿La pornografía?
  • ¿Los programas de televisión y películas que contienen sexo, violencia o palabrotas?
  • ¿La música con letras profanas, indecentes o denigrantes? ¿La moda impúdica?
  • ¿Las fiestas con alcohol? ¿Los bailes trasnochadores?

Por otro lado la disciplina más eficaz es la que hace que los niños asuman la responsabilidad. Ante algo que han hecho mal:

  • 10632838_595709147217673_6155685389843047166_n«¿Crees que es una solución justa ante lo que has hecho?»
  • «¿Qué puedes hacer para repararlo?»

Formando en los niños la costumbre de confesarse cada cierto tiempo. Para ello enseñarles;

  • A examinar la conciencia.
  • A decirle a Dios que se arrepienten de sus pecados.
  • A experimentar el perdón de Cristo.
  • Y a enmendar su vida.

Esto es otra cosa fundamental  y prioritaria para que asuman responsabilidad por sus acciones.

Utilizar también y siempre la fuerza del buen ejemplo:

  • Nuestro ejemplo tiene que ver no sólo con cómo tratamos a nuestros hijos sino que cómo nos tratamos como esposos y cómo tratamos y cómo hablamos de los demás: parientes, amigos, vecinos y profesores.

Padre-e-hijos-orandoAumentamos el poder de nuestro propio ejemplo cuando ponemos a nuestros hijos  otros modelos a seguir. Dar a conocer:

  • Historias de héroes cotidianos que hayan demostrado:
    • Compasión, amor, generosidad y valentía con y por los demás.

Y deberíamos recurrir al tesoro de la vida de los santos:

  • «Los santos tenían sus ojos puestos en Dios. Hacen muy real lo que es seguir a Cristo.»

Debemos practicar la vigilancia.

El informe Building a Better Teenager afirma que los hijos de padres vigilantes. Aquellos que saben:

  • Dónde están sus hijos.
  • Con quiénes están y qué están haciendo.
  • E incluso cómo usan las redes sociales

3766662Mantienen los menores índices:

  • De actividad sexual, de delincuencia
  • y de abuso del alcohol y las drogas.

Como dice un escritor, en el ambiente moral de hoy en día:

  • «Tenemos que vigilar a nuestros hijos como halcones.»

Proporcionar experiencias auténticas, vivas, cercanas de fe:

  • Un padre católico descubrió que al llevar a su hijo, egoísta y de 15 años, al comedor para los pobres, hambrientos y sin hogar de su ciudad, donde después terminaron sirviendo como voluntarios, empezó a pensar menos en las cosas que quería y más en las necesidades de los demás.

Imagen-cristiana-de-hijos-500x312Nuestro trabajo más importante como padres es el de usar las innumerables oportunidades que Dios nos da para ayudar a nuestros hijos a crecer en bondad y santidad.

Porque así como la Iglesia siempre ha enseñado, la familia es la primera escuela de virtudes.

Los diversos escritos de Thomas Lickona, que es:

  • Psicólogo y profesor de educación en la Universidad Estatal de Nueva York en Cortland. Y componente del comité asesor de Catholic Education Resource Cente.

Han sido la fuente de algunos de los datos, e ideas, utilizados para realizar este, creo que, ilustrativo artículo que nos puede ayudar a encauzar felizmente, si Dios quiere, la formación humana y cristiana de nuestros hijos.



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