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sábado

13

junio 2015

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Municipalismo, hibernación o evolución

Publicado por , Posteado enOpinión

El envilecimiento político, el paro, los recortes sociales y la corrupción, fueron la causa de la caída del bipartidismo, y el detonante de la indignación que electoralmente ejerció como factor de impulso en la actual mudanza institucional,

Por que debiera ser   hoy un día grande para el  municipalismo, no me resisto a comentar  que han pasado 1191 años  desde que al palentino ayuntamiento de Brañosera le fuera otorgada la primera «carta puebla» garantizando su  derecho   a la autonomía local y la facultad  de su  defensa territorial, un reconocimiento que hizo que  este municipio sea considerado en la actualidad  el primer ayuntamiento conocido  en España, el origen de la  administración  local y germen por tanto  del municipalismo.

No ofreciendo duda  que aún cuando,  tal consideración   atendiese    mas a la antigüedad del texto  de su « chartae populationis»que al contenido de la  misma; aquel referente   fue sin discusión   el  antecedente más próximo del municipalismo  moderno y preeminencia  cronológica de la defensa colectiva   sobre la base del agrupamiento comunitario y la articulación territorial.

Dejando al margen  la referencia  histórica, decir,   que tendría que ser con la aprobación  de la  Constitución del 78 cuando en teoría   se iniciase la andadura efectiva  del municipalismo, pues  en el contenido  de la misma se  otorgabareconocimiento formal a la autonomía de los ayuntamientos, a la democratización de sus estructuras y su ordenamiento en el  poder, naciendo con ello supuestamente,  tanto  el derecho  como la  capacidad  para  que las  entidades locales ordenasen y gestionasen   una parte relevante  de los asuntos públicos  en beneficio  del interés general.

Pero como en otros aspectos de su contenido,  el tiempo dio un vuelco a esta   interpretación, y así, lo que constitucionalmente estaba llamado a ser la administración mas próxima al ciudadano  y la aplicación   de políticas basadas en  el principio de subsidiariedad  que consagra la Carta Europea de Autonomía Local, frente a esto, la realidad de los hechos   se encontró  con  la actitud contrapuesta  de un    Estado, empeñado en recentralizar competencias hasta ahora residenciadas en el ámbito local.

Y todo eso como consecuencia de la reforma del artículo 135 de la Constitución,  pactada por PP y PSOE bajo la supervisión y al dictado de los poderes financieros,  cuya  repercusión además de vaciar y desmantelar el Estado Social, su  deriva  tuvo incidencia directa en el ámbito local en razón  a  la negativa influencia  que supuso  la promulgación y puesta en práctica de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, por cuanto, el efecto de sus consecuencias no  hizo mas que cercenar las  competencias municipales  al tiempo de dejar sin efecto la carta de servicios públicos que venían prestando los  Ayuntamientos en beneficio de sus habitantes.

Alguien parece despistar que para corregir un orden social que genera desigualdad, es obligado saber quién o quienes deben ser los sujetos políticos de acompañamiento.

Por tanto, hay que decir que actualmente  estamos ante una reforma local encubierto, con la aspiración  de imponer las dinámicas centralizadoras  a las descentralizadoras en un  claro intento de desnaturalizar  la función  de las entidades locales como administraciones mas cercanas al ciudadano,   utilizando para la consecución de tal  finalidad la mas censurable  de las medidas  de aplicación,    que no resulta ser otra que la extorsión  que representa  la supresión de la garantía de sostenibilidad financiera en un claro intento de   frenar  toda tentativa contestataria de reacción o desafío.  Toda un expresión práctica de como imponer la doctrina neoliberal hasta sus últimas consecuencias, forzando solapadamente a los ayuntamientos a priorizar  el pago de los intereses de la deuda por encima del mantenimiento de los servicios y de prestaciones esenciales para la ciudadanía.

Es por eso que en esta  jornada del 13 de Junio como  fecha constitutiva  de los ayuntamientos, resulte paradójico para cualquier observador neutral, comprobar como  a pesar    que los directos responsables  de la reforma constitucional fueron sin distinción promotores del vaciamiento de competencias en los municipios,    al tiempo que artífices  de haber  dejado a las instituciones locales constreñidas de recursos para realizar sus actividades básicas para la población, ahora, cuando la situación ha dado un vuelco electoral  se omita tal implicación,   y no se repare  lo mas mínimo, en    formar gobierno con quien a todas luces  es  parte  causante  de la situación.

A juzgar por los hechos,  alguien parece despistar que para corregir  un orden social que genera  desigualdad  es obligado  no tan solo sopesar las estrategias  a seguir para llevar a término el cambio necesario, sino también el formato a emplear, y muy especialmente, saber quién o quienes deben ser los  sujetos políticos  de acompañamiento, pues del acierto  o equivocación  de tales determinaciones  dependerá el éxito o fracaso de la operación. Y cuando lo que se afronta es una transformación en el  proceso municipalista a través de fórmulas intermediadas de acuerdos parciales con programas y gestión mixta, escasa legitimidad y nula fiabilidad  puede reconocerse a quien  se suma al carro del progreso,   cuando  mantiene invariable los privilegios y el corporativismo de las élites poderosas.

Debiéndose tener presente   que   el nivel  de bienestar  individual y colectivo  de la comunidad, guarda relación directa con la función  política  que desarrollan sus representantes, y por tanto, la optimización  de  las prestaciones más que un reparto de poder  requiere impulso participativo y la renovación  continua  como  fórmula para el mejoramiento colectivo  y la necesaria transformación de la sociedad.



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