Cartas al Director

Tu voz en la Red

viernes

17

febrero 2012

0

COMMENTS

No tienen ni idea

Publicado por , Posteado enOpinión

Parece ser que Azaña sentenció eso de «Si los españoles hablásemos sólo de lo que sabemos, se generaría un inmenso silencio, que podríamos aprovechar para el estudio.» Desde la distancia ideológica que me separa de él, admito una gran conocimiento en la frase.
Cada vez con más frecuencia asisitimos impasibles a las manifestaciones de ataque del ignorante hacia el docto. Y casi siempre detrás, el demagogo alentando a la masa chillona.
Lo aprendí hace más de veinte años cuando empecé a ejercer mi profesión de arquitecto. Todos, desde el peón de la carretilla hasta el jubilado que vigilaba incansable la obra desde el otro lado de la valla, me daban lecciones acerca de esto o lo otro. Y cuando atacaban en masa, apoyándose entre ellos ciegamente, como sólo los que desconocen saben hacer, entonces era mejor callar y marcharse a casa envidiándoles a todos, pues gracias a su ciencia infusa poseían mayores conocimientos que yo, a pesar de llevar toda su vida pegando un ladrillo encima de otro o mezclando pasta en un capazo.
Con el tiempo empecé a reconocer iguales o peores circunstancias en otros profesionales, llegando a su culmen en el caso de médicos y jueces.
En relación e éstos últimos, recientemente hemos tenido la oportunidad de contemplar en tres casos concretos como se atacan de manera implacable e interesada decisiones judiciales, si bien en uno de los casos la decisión sobre culpabilidad le ha correspondido a un jurado popular.
Antes de leer ninguna sentencia ya estan los sabelotodo chillando en la calle, y los medios de comunicación haciendo de altavoz. Que la sentencia me es favorable «La justicia ha triunfado». Que no es de mi agrado «Justicia corrupta, vamos a movilizar al pueblo ofendido». Y el juez, supongo, a hacer oidos sordos en la soledad de su decisión y hasta la próxima sentencia.
No critico la loable facultad de opinar. Simplemente me ofende la mala costumbre de injuriar, insultar, menospreciar y denigrar, a quien con mayor conocimiento y responsabilidad ha tomado una decisión, que nos guste o no, siempre tendrá más fundamento que la nuestra. Y los peores entre los malos: todos los demagogos que en nombre de la democracia, la libertad, el pueblo, la moral, y últimamente la sostenibilidad, avivan la llama de la ignorancia.
E esos, que les den.

120x60

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *