Se le acabó el chollo a la casta política ni socialista ni obrera, del régimen andaluz.

Se lo tienen más que merecido.

Por haber traicionado los más elementales principios de la izquierda.

Por sus indecentes privilegios cortijeros.

Por su sistémica y sistemática corrupción.

Por haberse asociado con la monarquía, la banca y los monopolios.

Por mantener por las cunetas de Andalucía después de casi 40 años, a más de 4.000 de los “suyos”.

Por echar de sus fincas con la Guardia Civil, a los jornaleros del campo.

Por haberle dado a la Iglesia, más que Franco.

Y si Roma no paga traidores, los andaluces, tampoco.

¡Adiós!

Rafael Bueno.

Córdoba.

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A ver si nos enteramos de una puñetera vez.

Ser constitucionalista, es ser anti demócrata; ya que la Constitución del 78 es anticonstitucional por naturaleza propia, al no contemplar la separación de poderes ni la representatividad del pueblo; requisitos imprescindibles para garantizar los derechos y las libertades fundamentales del ciudadano.

Esta Constitución se hizo como traje a la medida, para legalizar la oligarquía de poder de esta partidocracia compuesta por la casta política, las autonomías, la Iglesia y la Monarquía.

Es decir, se la hicieron ellos, para ellos.

Y por eso son ellos, los únicos que la defienden a muerte.

Pero el pueblo ahí, ni está, ni se le espera.

¿Ok?

Rafael Bueno.

Córdoba.