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febrero 2013

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CANSADO DE CASTAS DE SECTARISTAS E HIPÓCRITAS

Publicado por , Posteado enOpinión

CANSADO DE CASTAS DE SECTARISTAS E HIPÓCRITAS:
Últimamente aficionado a las tertulias «políticas» televisivas, en las que aparecen «supuestos» y reales grandes periodistas del panorama español, me encuentro absorto ante la abrumadora presencia de miembros de esa casta de la información, que no hacen otra cosa que dejarme cada día más absorto, no por la información que desgranan y las migajas de primicias que van sacando, la mayor parte de ellas comunicadas por los ya omnipresentes medios actuales, véase tablet, teléfonos de última generación y demás; si no por su visión del «partido» en cuestión que se esté celebrando en el estadio televisivo en el que se encuentran, y me explico.
Aquí cansa el consabido «y tú más» del que todos los periodistas dicen que, ellos mismos incluidos, está cansado, pero a lo largo de los seguidos debates, no dejan de utilizarlo una y otra vez, como recurso de defensa constante ante el resto de periodistas, o supuestos, que muestran su oscura imparcialidad una y otra vez. Cada vez más los debates televisivos se parecen a las tribunas de oradores en el congreso, senado y demás puestos donde la palabra de alguien es, más o menos, escuchada.
Y sí, estoy cansado, no, mejor cansadísimo, de ver cómo en cada debate aparecen siempre los mismos prototipos de personajes, a saber: el que es más o menos moderado, que critica realmente lo que ve (rara avis, por cierto), el moderador, que poco suele moderar, puesto que en la mayoría de los casos nadie se respeta, nadie se hace respetar, nadie escucha, todos increpan y sólo sabe cortar a los tertulianos, la mayoría de las veces, en lo mejor de su argumento, aún no expuesto del todo, con alguna excusa, generalmente de tiempo, para dedicarlo a la venta de uno u otro producto como si de un vuelo de Ryan Air se tratara. Otro más, el más común de los ejemplares en cuestión, es el periodista, o tertuliano, de clara y marcada tendencia política, que no deja de sacar ejemplos, malos, del partido contrario a sus ideologías. Prácticamente todos sin excepciones, y cuando la hay es verdaderamente honrosa, son de este último ejemplar. Mentes y plumas vendidas sólo a la parcialidad de sus ideas, que no son capaces de reconocer éxito alguno del partido político que no es de su devoción, ni capaz en forma alguna de criticar cualquier tipo de acción de todas todas reprobable del partido del que cojea… Permitidme hacer referencia a otro ejemplar más del que suele aparecer en las tertulias, el politiquillo de turno que parece que va más a que lo vapuleen y a defender lo que en muchas ocasiones es indefendible, ante las lógicas preguntas y reproches típicos de los periodistas de «cojera» opuesta a la suya. Es que tampoco ninguno de esos políticos de tertulia, reconocerá nunca un error propio de su partido? Lamento la dictadura de los partidos.
Probablemente os habréis fijado, al igual que yo, en la disposición de los ínclitos especímenes en la mesa de la tertulia, si ya hasta los colocan por bandos para que se puedan increpar el famoso «y tú más», siempre en la figura de los partidos o personajillos centro del argumento. Parece más el juego aquel del colegio del balón prisionero, donde unos en un campo y otros en otro, no hacen más que lanzarse el balón para darle al contrario. No sería más lógico que todos los periodistas estuvieran en un lado y los políticos a criticar en el otro, y que fuera indiferente quién lanzara el balón y a por quien fuera el mismo? Pues no, aquí cada uno arrima el ascua a su espeto de sardinas, sin importarle lo más mínimo la imparcialidad de la que todos dicen hacer gala. Mentira!
Pero señores….qué podemos esperar, si viendo una simple tertulia futbolística vemos los mismos ejemplares, desde el periodista deportivo de turno con los colores de su equipo por bandera (incluso vestido con su camiseta), a los ex futbolistas de algunos equipos, pasando por el moderador que no modera a los supuestos árbitros, o ex, de fútbol que nunca se ponen de acuerdo ni con un reglamento en la mano. Nadie habrá que sepa reconocer si una acción del juego es o no es acertada sea a favor o en contra del equipo al que quiere? es que tan ciegos son los colores, políticos o deportivos, que no somos capaces de discernir entre lo bueno y lo malo? Tanto cuesta reconocerle una jugada magnífica al otro equipo, o una mano dentro del área según dependiendo de quién sea? Lamentable, de verdad. Pero no sólo en la televisión, cuánta gente es tremendamente intolerante en estos aspectos? cuánto ciego hay nada más que criticando las acciones de tal o cual jugador dentro o fuera del campo y no es capaz de ver las del de su equipo que son del estilo o parecidas?
Si ni ahí son capaces de demostrar imparcialidad, qué esperamos de temas tan críticos como la corrupción, la economía, el paro…tanto nos costará en alguna ocasión remar todos en una misma dirección?
Aburrido ya de tanto oír lo mismo de escuchar una y otra vez que «el que la hace que la pague», «todos inocentes hasta que se demuestre lo contrario», «penas ejemplares» «imputados», «moral», etc. Hastiado de tanta monotonía en los debates, no sería bueno que antes de hablar del otro, hicieran acto de constricción, se miraran el ombligo, miraran para su casa y reconocieran antes de iniciar una argumentación, defendieran lo indefendible, o plantearan el «y tú más»? De verdad, tanto cuesta? No puedo creerlo.
«Señoras y señores» políticos, y periodistas, sobre todo, garantes de la imparcialidad, sean honestos con sus palabras y no con sus convicciones políticas, respetaos y, sobre todo, respetad al lector u oyente y no defendáis simplemente intereses de medios de comunicación al servicio de intereses distintos a los del español de a pie


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