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mayo 2014

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Elecciones Europeas, un desafío

Publicado por , Posteado enOpinión

Necesitamos un parlamento europeo que represente con autenticidad a la  ciudadanía y unos candidatos que actúen en consecuencia; capaces por tanto,  de rescatar la hegemonía política  y poner freno al rodillo neoliberal.

25 de maio  castellanoAllá,  corriendo  el segundo lustro de la década de los setenta, mientras los que ahora vamos para viejos   forzábamos  el camino hacia la democracia, y quienes la mantuvieran  secuestrada le lavaban la cara a la dictadura con jabón de  transición, al mismo tiempo, los autócratas  de siempre  tiraban del doble juego argallando planeando a la par   la  reformulación  del capitalismo en clave más rotunda; un calibrado objetivo que en coincidente temporalidad vio favorecida su implantación  por   el galardón otorgado al padre putativo del   neoliberalismo austericida, Milton Friedman, quien en 1976, a pesar de estar patrocinando  tesis  de la prehistoria de la ciencia económica, fuera  laureado  con el (siempre fraudulento) Premio Nobel de Economía.

Concesión que recíprocamente a su denostada consideración  resultó determinante  para elevar aquellos extravíos  a rango de doctrina, y facilitar con ello, que aquella reformulación capitalista tomase amplio  dominio de  nuestra realidad, que no es otra, que  la correspondiente a  un país sumido en el caos,  donde el Estado  fue excluido de  la economía para consagrar la jerarquía  y el imperio del poder  a los mercados financieros , permitiendo así, que desde este escenario de tan atípica  hegemonía,  la  explotación del  nuevo capitalismo  se propagase sin turbulencias a pesar de lo reaccionario de su condición, por cuanto, no se habrá de  soslayar que desde su implantación, los rendimientos detraídos por la  destrucción  de los derechos sociales  de las clases mas humildes fueron   destinados   a favorecer en exclusiva a los sectores mas privilegiados.

Toda una reproducción restrictiva de la sociedad de los dos tercios, de la que fuera sin  duda otra de las «grandes» aportaciones del neoliberalismo imperante; la de un Sistema que para sostener su existencia evitando asumir su propia  disfuncionalidad, sitúa en la precariedad económica  y social  a las dos terceras partes de la sociedad, arrastrando a un elevado sector  de esa fracción al borde de la marginalidad en el contexto de una    tragedia  dominada por  la miseria y la exclusión;  mientras que en contraposición, el tercio restante que conforma el entorno de la cúspide del poder,  lejos de estrecheces, son quienes imponiendo la norma   se están enriqueciendo a manos  llenas a costa  de repercutir  sobre sus víctimas  la injusta  factura  de sus propios  atropellos, y todo ello, con el refrendo de  una mediatizada clase política que en vez de ejercer de representantes de los ciudadanos  desempeñan  la función de chicos de los recados del gran capital.

Pues bien, con todo, la doctrina  neoliberal no es un dogma que afecte en exclusiva   a nuestro país, sino una constante genérica con vigencia formal  en el  marco de la Unión desde la aprobación  del Tratado de Maastricht,  que se mantuvo como una realidad  oculta  durante la época de crecimiento económico,   pero que al   arribar  la crisis, destapó tanto su verdadera finalidad como   el trasfondo  que acompaña la  naturaleza de la gran farsa que rodea al publicitado  proyecto europeo, cuyo auténtico propósito ,  radica en  la consumación de una desmedida maniobra política, montada con la finalidad expresa   de secuestrar la soberanía popular para así mantener las políticas económicas al margen del control y fiscalización democrática de la ciudadanía.

Esta realidad no ha de pasar desapercibida a quienes como electores acudamos a las urnas este 25 de mayo, y a tal efecto,  antes de emitir el voto debe ser   un ejercicio de responsabilidad garantizar su rendimiento, un requisito que  a todas luces exige   neutralizar la tendencia  hacia la malversación electoral, desechando  a tal fin, aquellas candidaturas y candidatos  que con sus prácticas políticas  no solo  no combatieron el  dumping social sino que se dedicaron en exclusiva a prestar apoyo y refrendo a   la ortodoxia neoliberal  a través de un absoluto respaldo a los mercados y subordinación al  diktat alemán; de ahí, que ante estos nuevos comicios debamos proceder en consecuencia, pues a la vista de los hechos,  ahora mas que nunca,  necesitamos un parlamento europeo que represente a su ciudadanía y no a los intereses  del gran capital.

Neoliberalismo-enemigo-9-2Porque en ello va nuestro futuro, no podemos tolerar por mas tiempo que la  oligarquía financiera siga ostentando el poder político por manipulación intermediada de  la voluntad popular, ni que las restrictivas políticas impuestas desde Europa por esta élite neoliberal, cuenten en el país,  con la conformidad  de unos representantes renegados que burlando sus compromisos con la ciudadanía  se decantan por actuar en  posiciones contrarias  al interés general,  y solo poniendo cerco en las urnas  a esa situación de impunidad,  seremos capaces de dar un cambio de rumbo efectivo y derrocar  a la dictadura de los mercados, y así, desde la legitimidad de unos representantes sin ataduras poder imponer la economía real por encima de la especulativa y dar al traste definitivamente  con  la estúpida estrategia de los recortes y la austeridad.

La oportunidad está servida, y de no aprovecharla, seremos reos de nuestros propios actos y responsables que la continuidad de la crisis no tenga vuelta atrás.



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