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febrero 2015

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Juan Pablo confesado por un mendigo

Publicado por , Posteado enOpinión

52489Oder, postulador de la causa de canonización de Juan Pablo II cuenta que en una ocasión un Obispo de Estados Unidos que estaba en Roma por qué iba a ser recibido por el Papa.

Durante la visita a la ciudad entra a una iglesia a rezar y en la puerta encuentra a un mendigo y al mirarlo le parece conocido y recordando cae en la cuenta de que es un antiguo compañero suyo del seminario. Lo saluda y entablan una conversación en la que el mendigo le cuenta que había abandonado el sacerdocio y que actualmente se encontraba en esa situación deplorable.

319301_10150947615898423_1243176638_nEste Obispo estadounidense le impactó tanto lo sucedido con este sacerdote que en su posterior visita al Papa Juan Pablo II le cuenta lo acontecido.

Entonces el Papa le indica que vaya a aquélla iglesia y que le traiga al mendigo que lo quiere invitar a cenar.

El Obispo así lo hace; busca el sacerdote le cuenta lo sucedido con su santidad y le compra ropa nueva para la comida con el Papa.

20080603112629-karol-wojtyla-008Durante la comida, el mendigo, con tristeza y humildad, le cuenta al Papa los sucesos de toda su vida y el porqué de aquella situación deprimente.

Al acabar el Papa le pide al mendigo que lo confiese; el mendigo se asombra ante tal petición, y el Papa le dice que el sacerdote es sacerdote para toda la vida, entonces el mendigo le dice que no tiene las debidas licencias para poder confesar, pues había sido desposeído de ellas debido a su lamentable situación, a lo que el Papa le dice que él como Papa se las imagesda en aquel momento, pues tiene atribuciones para ello, el mendigo sigue poniendo pegas, pero al final, aunque a regañadientes, ante la insistencia, accede y lo confiesa, y a continuación el Papa lo confiesa a él.

Después lo nombra sacerdote coadjutor y encargado de todos los mendigos de aquella zona de Roma en la que el “ejercía” para pedir limosna.

El sacerdote mendigo llora emocionado ante lo sucedido, recupera la fe y Juan Pablo le dice: “¿Ves la grandeza del sacerdocio? No la desfigures”.




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