Para que Dios te hable
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Joven rezando el Santo Rosario
Un curso de retiro espiritual se realiza habitualmente en tres días; días en los que uno vive dispuesto a oír más de cerca la voz del Señor Jesús, la voz de un Señor que amablemente quiere hablarnos al oído y decirnos: “ tú eres mi hijo” o “Yo soy para ti: Camino, Verdad y Vida”. En estos tiempos estamos más dispuesto a huir la voz del mundo, que la voz de Jesucristo; el mundo nos aprisiona con su mensaje arrollador y a veces placentero y nos hace sumergirnos en situaciones de banalidad temporal y de cuestiones pasajeras y de esta manera desenganchar de lo divino, de lo trascendente.
Habitualmente vivimos metidos en una mundanidad que nos arrastra y nos hace olvidarnos de Dios: Un Dios que nos aman y que nos quiere, un Dios que nos busca, un Dios que quiere entregarnos su corazón de Padre y Madre a la vez.
Jesús en el Sagrario
Para recuperar ese encuentro con Dios en este tiempo de cuaresma o de pascua o de adviento o en cualquier época es importante hacer un curso de retiro espiritual.
El Opus Dei, dispuesto siempre a ayudarnos, en este camino hacia la mejora de nuestra vida, nos ofrece variadas posibilidades a lo largo de todo el año para ese encuentro, de tú a Tú, con Jesús. En Baeza, en la Casa Rubín de Cevallos, junto a la catedral; y en Granada en la Casería, rodeado de olivos, junto al pantano de Cubillas y en otros muchos y muy diversos lugares de España y de todo el mundo. En estos lugares nos ofrece un ambiente de paz interior y de recogimiento; nos ofrece un ambiente de oración y de reflexión.
Allí el Opus Dei, por medio de un sacerdote de la Prelatura que imparte las meditaciones, podemos sacar: ideas, reflexiones y pensamiento para conectar con Dios, para escuchar la voz de Jesús. Un Jesús: que habla, que orienta, que enamorada, que anima; y que posiblemente, con Él, descubrirás: un nuevo sendero, una nueva luz, un desconocido manantial de aguas: cristalinas, puras y transparentes.
A través: de la Santa Misa, del Santo Rosario, de la oración, del examen personal, de las charlas y de la confesión sacramental, resurgirán los propósito para dignificar nuestro camino y dirigirlo una vez más hacia Dios; y esto nos llevará a descubrir un precioso y quizás nuevo paisaje de: luz, calor, belleza y hermosura.
