La broma del I+D en España
Publicado por ARP, Posteado enMº Educación, Opinión
Escucho la noticia de que el mejor físico joven de España se encuentra en situación de desempleo. Personalmente, no me extraña en absoluto. ¿Qué esperan de una estructura política sustentada en el capricho, en la inmoralidad y la indecencia, donde se considera inteligente a los idiotas, listos a los corruptos, sabios a los necios, etc.? No resulta entonces extraño que la estupidez se vea compensada con ofertas de trabajo y la inteligencia entre a formar parte en las numerosas colas del INEM.
El que esto escribe, comenzó hace 25 años a investigar los fundamentos de la Astronomía o Cosmología moderna. El resultado de mi investigación libre, independiente y sin compromisos ideológicos, me resultó sorprendente. Tanto que me mantuve en silencio durante algún tiempo por temor a las consecuencias sociales, políticas y religiosas que dicho descubrimiento científico podía ocasionar. Sin embargo, una vez hube digerido la nueva realidad me propuse darla a conocer asumiendo todas las posibles consecuencias. Pequé de ingenuo al creer que la sociedad y los organismos culturales admitirían las conclusiones de mi investigación. Lejos de prestar atención a unas conclusiones que podrían considerarse como el mayor descubrimiento científico de la Historia humana, se ignoró y se despreció el fruto de largos años de estudio.
Hasta el día de la fecha nadie: ni experto ni institución universitaria alguna ha refutado nunca las conclusiones científicas de las que soy autor. Y nadie: ni experto ni institución universitaria alguna se han dignado recoger el guante para realizar un debate conmigo. Por supuesto, ningún medio de comunicación se ha mostrado dispuesto a publicar nada. En consecuencia, a la sociedad española se la está ocultando una información trascendental que daría lugar a un cambio radical en la comprensión del mundo, la política y la religión.
Y para prevenir que se me conceda la oportunidad de demostrar la nueva teoría cosmológica universal y, consiguientemente la falsedad de las teorías cosmológicas modernas, la «infantería» adoctrinada se dedica a descalificarme mediante prejuicios, insultos y demás métodos estratégicos de silenciar o «matar al mensajero». Todos se precipitan en juzgar mis conclusiones sin concederme lo realmente valioso: la palabra, de la que si goza amplia y libremente la falsedad.