(Del Libro «Crónicas de Borrador»)

Podía ser noticia para el día 28 de diciembre que todo cristiano conoce por el Día de los Inocentes.

La inocentada es muy española. Como el muñeco a la espalda es francés; en el día 1 de abril.

De no ser tan grave la causa nos quedaríamos con el inocente… inocente.

Cuando se desconoce en estos momentos el lugar en que los refugiados se encuentran; la red denuncia:

“Arabia Saudí cuenta con tres millones de tiendas vacías”.

Tres millones de tiendas totalmente adaptadas que dan servicio unos pocos días al año.

Y que ciertamente podían prestarse a algo tan humano como la acogida de musulmanes huidos de territorios en guerra.

Cantidad no es calidad. Tener tanto y compartir tan poco.

Mientras.  Los que son motejados de infieles europeos;  son  quienes sufragan estancias y no son reconocidos.

La llamada de atención es algo que se activa desde lo humano.  Acallada en instancias superiores  por sus  propios.

Los propios países responsables del éxodo.

Tres millones de tiendas que pueden duplicar como mínimo la acogida de personas.

Duermen. Mueren. En la soledad sin alma en las arenas de Arabia Saudí.

¡Tres Millones!

Carmen Amigó y Pérez-Mongay

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