La casta política saliente de la Junta de Andalucía ha puesto el grito en el cielo, ante el anuncio de la casta política entrante, de encargar una Auditoría externa.

Y es que claro, ya ellos estaban más que acostumbrados a tapar impunemente todos sus desmanes, montando esas indecentes e impresentables comisiones de investigación compuesta por ellos mismos, cuyo final siempre era lógicamente, como el estribillo de la canción: Que guapo soy y que ritmo tengo.

¡Ni con Franco!

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Se lo pregunto a Susana Díaz, como igualmente podría preguntárselo al 90% de la casta política.

Esta muchacha fue designada dedocráticamente por su antecesor, como premio a su sumisión y como consecuencia de la sistémica y sistemática corrupción andaluza “socialista”, traidora a sus más elementales principios ideológicos.

Y la que nunca fue ni hizo nada; de tanto verse en los medios de comunicación y de tanto escuchar que la llaman lideresa y de ver cómo la aplauden; termina creyéndoselo.

Hasta el punto, de creerse ella el centro de todo.

Susanita, hija: los pies en el suelo y los traumas, en salud mental.

Ea, a cuidar de tu niño.

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