Cartas al Director

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martes

26

noviembre 2013

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Becarios en Precario

Publicado por , Posteado enOpinión

Quiero denunciar el abandono que sufren por parte del Gobierno de Rajoy, al que parece importarle poco el desarrollo científico y tecnológico de su país.

Si nos fijamos en el presupuesto que destina a investigación, observamos que es claramente insuficiente. De hecho muchos departamentos universitarios están sufriendo la paralización de proyectos debido a la falta de financiación. Igualmente se ha reducido el número de becas y el incremento de tasas universitarias ha aumentado considerablemente.

La propia situación de los becarios es de por sí trágica puesto que en muchos casos las becas no cubren las necesidades mínimas y no cotizan a la seguridad social. Esta lamentable situación se ve agravada por el Ministro Wert con su política de recortes y desprecio hacia los estudiantes investigadores



lunes

30

septiembre 2013

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Protesta

Publicado por , Posteado enOpinión

Ayer me pasó algo. Se celebraba en el Palacio de Congresos de Salamanca la entrega de premios CECALE a los empresarios más destacados de Castilla y León. Presidían el acto el alcalde de Salamanca y el Presidente de la Junta de CyL, ambos del PP. Allá donde vayan, debería haber alguien que les dijese que no lo están haciendo bien, que estamos hartos. Y allí fuimos. Héctor y yo. Con un cartel hecho en el último momento. Llegamos a la puerta y nos pusimos donde había gente, sólo invitados. Llegaron las personalidades. Salieron del coche. Héctor levantó el cartel y gritó: Reforma laboral para la patronal. Varias veces. Con voz potente. Todos nos miraban. Unos con extrañeza, otros con lástima, otros con una especie de miedo. Se acercó una policía. Le preguntó a Héctor su nombre y le pidió el DNI. La gente entraba en el salón donde se celebrarían los premios, donde comerían a expensas del dinero que dicen que no hay para lo fundamental, y se beberían nuestro futuro. Y nosotros allí fuera, rodeados de policías, como si fuésemos unos delincuentes. Solos.

La mayoría silenciosa seguía con su vida cotidiana, unos rezando, otros dando gracias por las migajas, otros esperando a que todo pase, espectadores de su propia vida. La policía le preguntó a Héctor: ¿pero… por qué protestas? Héctor dijo: por todo… por unas condiciones laborales dignas, porque están destrozando la sanidad pública, por una educación de calidad para todos, porque mientras hablan de austeridad se les llenan los bolsillos con sobres, porque la política del recorte está demostrado que no funciona para levantar un país pero sí es la manera de perpetuar la riqueza y el poder de unos pocos. ¿Y te parece el lugar adecuado?- continuó ella. ¿Sino dónde?- pregunté yo, de verdad esperando una respuesta.

Me empecé a encontrar mal. Intentaba procesar demasiada información mal escondida, demasiados recuerdos, que salían a borbotones, como si aquella situación hubiese pulsado algún tipo de detonador. Mientras, oía a Héctor que les decía: ella tiene una carrera, un posgrado donde ganó el premio extraordinario, dos másteres, tres idiomas y no encuentra trabajo. Yo soy investigador postdoctoral y seguramente tengamos que volver a emigrar. Y yo pensaba en mis padres, que han trabajado toda la vida para darnos a sus cinco hijos la mejor educación, sin mirar cuánto, mirando sólo de todo lo que podían prescindir ellos mismos. Pensaba… en realidad no pensaba, sólo miraba… cómo pasaban delante de mí cientos de imágenes: gente que sobrevive o, en el mejor de los casos, vive, con la incertidumbre de qué pasará mañana mientras paga una situación económica que no ha creado, gente muy formada forzada a elegir entre sus seres queridos o ganarse la vida en otro país muy lejos de ellos, gente que ha visto cómo cuatro gerifaltes les han robado delante de sus narices todos los ahorros de una vida honrada y sencilla, gente con una enfermedad crónica que no puede pagarse el tratamiento, gente que pide una limosna en la calle que hasta ayer les parecía algo que nunca les pasaría, cada día más. Y vi a Merkel, a Rajoy, a Cospedal, a Rato… frotándose las manos, eludiendo su responsabilidad en el sufrimiento de toda esa gente, disfrazando su total falta de empatía con mentiras y sobre todo, inculcando miedo, abanderando una idea de justicia completamente contraria a la realidad: cada uno tiene lo que se merece. Porque ellos se merecen esos sueldos, esa vida. Los demás somos unos patanes, borregos que necesitamos de su clarividencia, de su guía. Y como no valemos nada, no contamos. No contamos más que en la medida en que pueden y deben desangrarnos.

Me giré y empecé a llorar, de frustración, de impotencia. ¿Por qué no había más gente protestando? ¿Por qué se premia a los responsables de esta situación y se castiga a los inocentes? ¿Por qué se recorta en el sistema sanitario y educativo público con el argumento de que no es sostenible y se favorece la gestión privada, acaso altruista? ¿Por qué el Rey, persona que no se ha ganado su posición, si tiene que operarse trae a un equipo de EE.UU y todo se soluciona en unas pocas horas y Héctor para una consulta con el oftalmólogo tiene que esperar año y medio? ¿Por qué se reducen al límite de lo humano las condiciones laborales con la tesis de que no se puede hacer otra cosa cuando lo que quieren decir es que no se puede hacer otra cosa para poder mantener y aumentar la diferencia de clases? ¿Por qué no existe una ley de transparencia real donde se publique, por ejemplo, quién se queda el dinero para que en España cueste tres veces más un kilómetro de autovía que en Alemania? ¿Por qué no cotizan en España las grandes fortunas, impuestos superiores a todo el gasto recortado y se ahoga a los que tienen menos? ¿Por qué tiene que venir una jueza Argentina a hacer justicia y se persigue a quien lo intenta aquí? ¿Por qué se indulta a torturadores y kamikazes y ayer vi una petición de Change.org para que simplemente permitan volver de una vez a España a una mujer que viéndose desahuciada, aceptó un encargo puntual de contrabando de drogas, ya ha cumplido seis años en una prisión de Bolivia y está enferma terminal de cáncer? ¿Por qué permitimos todo esto?

¿Por qué lloras?- me preguntó un policía…

Hay un dibujo de un pez negro grande que se come a cientos pequeños. Debajo, los pequeños se unen formando un pez más grande todavía y se comen al negro. Es la única manera. Sólo si todos los pequeños nos juntamos. Es posible. Lo ha sido otras veces. Esta metáfora ha estado siempre detrás de los grandes cambios impulsados por la sociedad, no lo dudes. Pero si no luchamos por nuestros derechos, por lo que es simplemente justo, entonces sí tendremos lo que nos merecemos y les estaremos permitiendo que se rían de nosotros, que nos consideren nada, porque nada seremos. Nada. Nadie. Sin opinión propia no somos nadie. Autómatas descerebrados a su servicio, sin dignidad.

Busqué arrepentimiento y vergüenza por mis lágrimas. No los encontré. Ayer me pasó algo.



domingo

9

septiembre 2012

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Que no se desmorone tu castillo de naipes…

Publicado por , Posteado enSanidad Privada, Clínica Quirón, artículo personal, Sanidad, Mayores, Salud, Opinión, Seguros

Quisiera agradecer a tod@s las personas que ayudaron y ayudan a informar como medida preventiva en contra de estas prácticas poco éticas en mi carta anterior, «Experiencia Quirón, lo que nunca te contaron».

https://www.cartasaldirector.org/2012/08/experiencia-quiron-lo-que-nunca-te-han-contado/

Independiente de este caso personal de una experiencia mas en la Sanidad Privada que está en tramites de ser impuesta. Donde los seres humanos se cambian por números, tarjetas, cuentas bancarias, mutuas y seguros privados incluyendo «letra pequeña», «carencias», «exclusiones por pre-existencias», todas condicionadas, donde TU VIDA es directamente proporcional a tu poder adquisitivo. Se omiten  una serie de principios elementales respecto al derecho humano de toda persona, a un nivel de vida adecuado para sí y su familia. Tenemos el derecho de una información completa y  veraz facilitada con transparencia y claridad. Por esto debemos dar prioridad a la gran importancia de una Sanidad Publica, accesible y de calidad que nunca debería estar sujeta al estatus social, nivel económico, ubicación, nivel intelectual (tanto psíquica como física), edad, sexo o religión, ni cualquier otro condicionante.

El derecho a la salud fue establecido primero por la Constitución de la OMS (1946) que estipula: “El goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano…”La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 menciona a la salud como parte del derecho a un nivel de vida adecuado (artículo 25). Fue reconocida nuevamente como derecho humano en 1966 en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 11.1) que describe el derecho a la salud como “el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento”.*

En el momento que se cumplan los derechos básicos de sanidad, educación, alimentación y vivienda adecuados, notablemente repercutirá activamente en el rendimiento y el trabajo. A simple vista está ¿cuantos seres humanos con minusvalías graves y limitaciones psíquicas o físicas han conseguido metas imposibles? Solo es posible con los medios anteriormente mencionados además de un apoyo incondicional de sus seres allegados, familia, amigos y personal medico y docente entre otros. (Cuando digo personal medico no me refiero solo a doctores en medicina, se incluyen todos los eslabones de la cadena desde enfermeras, fisioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, celadores, auxiliares hasta el personal de administración). Hay enfermedades temporales otras de nacimiento y otras que con una prevención y tratamiento adecuado pasan de «haber sido mortales» a ser una razón para vivir una vida plena, satisfactoria con calidad.

Con salud, la persona y su entorno, tiene una visión positiva de futuro, ganas luchar, posibilidad de acceder a un puesto de trabajo y conseguir vivir dignamente sin sufrimiento. No hay que olvidar que nuestros mayores tienen derecho a tener una vejez libre de sufrimiento y dolor. Ellos han luchado por nosotros y no merecen ser muebles aparcados donde se niega una calidad de vida por tener una expectativa de vida corta o por ser descartados al ser considerados «no rentables». Cualquier patología inexplicable de un ser humano a partir de cierta edad es clasificada como psicosomática o depresión aplicándole el baremo de «maquina expendedora de medicamentos múltiples incluyendo placebos» para inducirles un estado dependiente y obsesivo de su condición física y limitaciones. Una educación adecuada con unos cuidados tanto emocionales como físicos, incluyendo labores sociales por su parte, servicios de autoayuda entre ellos, facilitar a aquellos que no tengan las condiciones psíquicas mermadas participar en labores de voluntariado, dejarles sentirse útiles en la sociedad seria una forma mas de  reducir gastos farmacéuticos absurdos. Ganarían en salud y no seria necesario el copago sanitario que solo les crea mas incertidumbre y les anula produciéndoles un sufrimiento gratuito. Por supuesto, no me refiero a enfermedades crónicas severas aun así son mas llevaderas con una terapia y control mas humano haciéndoles entender su enfermedad participando en su tratamiento activamente además de dejarles compartir sus experiencias con otras personas en su mismo caso. El sistema y la sociedad les ha inculcado la terapia de ir al «psicomedico» de cabecera para alcanzar un bienestar emocional y la receta de la pastilla mágica para todo lo demás. ¿Cuantos entran muy enfermos en el centro médico y salen sonriendo con otra cara, encontrándose mucho mejor? La primera terapia en grupo la hacen en la sala de espera donde llegan con mucho tiempo de antelación compartiendo con otras personas sus problemas pasando al segundo eslabón, la consulta del facultativo que les reafirma lo anterior, creando seguridad y elevando la autoestima (solo si es un buen “psicomedico de cabecera” para pasar el tercer eslabón administrativo donde se procede a exponer la queja o gratitud del servicio ofrecido y se pide una nueva cita para el ciclo. Necesitan comprensión, cariño y atención, todos lo sabemos. No es nada nuevo. Cuando dejaremos de decir “es que no tengo tiempo…”  y ellos cuando éramos niños ¿si lo tenían? ¿Es mas importante pasar una hora leyendo las vidas o pensamientos de los demás incluso de extraños en redes sociales que dedicársela a tu progenitor? Puede mas el que quiere que el que realmente puede. Algo falla…

Un progenitor prepara a su descendencia para la vida, dándole cariño, educación, le inculcan valores primordiales para su futuro. Nuestros mayores, (y nosotros algún día),  vuelven a la tierna infancia y hay que volver a realizar la acción con ellos como ellos hicieron con nosotros con la misma paciencia.

Si se destruyen y recortan las bases de estos cimientos, el sistema se tambalea y desmorona como un castillo de naipes.