Ante el temor siempre de la Iglesia a que le quiten, más que el negocio de la educación, el adoctrinamiento a través de ella; el lamentable Obispo Demetrio de Córdoba le ha dicho a la Ministra de educación, que los hijos son de los padres.

Lo primero que se me ocurre preguntarle al Obispo es de quien son los hijos del Clero.

Pero no, Obispo, no.

Los hijos no son propiedad de los padres, ni de nadie.

Son seres  libres e independientes con personalidad propia, que pueden coincidir con sus padres, o ser lo contrario.

Tienen todo el derecho  del mundo a ser ellos mismos, y nadie tiene el derecho de anularlos.

Pobres, los hijos que nacen en el seno de una familia sectaria, porque todos (padres e hijos) serán inmensamente desgraciados, toda su vida.

Rafael Bueno.

Córdoba.

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