La presidenta gracias a la corrupción de los ERES, del cortijo “socialista” andaluz, no quiere elecciones compartidas con las generales, sino unas, para ella sola.

¡Sin problema, porque ella decide y el pueblo paga!

Ella, como siempre y como todos los de la casta, anteponiendo sus intereses particulares, a los públicos.

Ya hemos visto y comprobado cómo algunos de esa casta y de ese cortijo de “izquierdas”, se  han gastado el dinero del pueblo en putas y en cocaína.

Mientras que el pueblo pierde su dignidad, se queda sin trabajo, sin techo, pasa hambre y se muere en las urgencias.

Y no hablemos de esos miles “de los suyos” que por su culpa, todavía yacen por esas cunetas de Andalucía.

Lo típico de un régimen dictatorial de partidos, como el que padecemos.

Pero como el pueblo es “feliz” con el fútbol y las romerías, pues ellos, en la gloria.

¡Si, sin duda, cada pueblo tiene lo que se merece!

Rafael Bueno.

Córdoba.

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Conste que hablo con ánimo constructivo, sin acritud y sin ánimo de ofender; pero como ciudadano, manifiesto mi cansancio de oír al presidente de CECO que por cierto no es empresario, siempre pidiendo y exigiendo a los demás, aparte de salir en todas las fotos.

Ahora pide un plan para el Aeropuerto, antes para el palacio de Congresos, antes para que la Administración pública invierta, etc.

Mal acostumbrados los tenía la “comunista” Rosa Aguilar y tuvo que venir la derechona, a poner orden.

El mundo al revés.

Todos los empresarios del mundo tienen empresas, arriesgan, invierten, crean empleo y riqueza, etc.

Es decir, son los motores de la economía y el desarrollo.

Pero claro, en Córdoba, casi nada es lo que parece, y casi nada parece lo que es.

¡Más de lo mismo!

Rafael Bueno.

Córdoba.

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El otro día y hablando sin generalizar, me decía un Cura como Dios manda: no me explico cómo Córdoba no ha perdido la Fe, después de todo lo visto y no visto, en la Iglesia de Cajasur.

Y yo le contesté que en mi humilde opinión y repito, sin generalizar, Córdoba no había perdido la Fe, porque no la tenía, como fehacientemente había demostrado.

Esto, sin asomarnos al falso aeroclub.

Y claro, no se puede perder, lo que no se tiene.

No olvidemos que los menos malos del entramado clerical de Cajasur, fueron los que callaron.

Y los que callan, otorgan.

¿No creen ustedes que es así?

Rafael Bueno.

Córdoba.

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