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agosto 2012

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AGUILAR DE EBRO. ZARAGOZA. TEMPOREROS.

Publicado por , Posteado enAguilar de Ebro, Opinión

El recuerdo surge en momento determinado por una acción u omisión. La acción en este caso es la visión de un autobús a pocos kilómetros de la entrada a la Autovía de Teruel (tras la alambrada y a algunos metros) aparcado delante de lo que en apariencia es un almacén de fruta y amplias dependencias.
Por lo general; aparte de los pales apilados en el exterior de la nave, a la hora del recorrido suele estar limpio de humanos.
No así lo fuera este martes veintiuno de agosto de dos mil doce.
Sin llevar exceso de velocidad  haciendo del viaje recorrido turístico te encuentras con curiosidad y curiosidades.
La curiosidad: El autobús y lo que parece una muchedumbre.
Continuas la observación y en pie algo apartadas el corro de mujeres y cerca del autobús los hombres.
El cerebro crea imágenes y en seguida te dice que no son turistas en visita a una bodega o explotación agrícola. Lo que se puede estar en realidad cociendo es otra clase de explotación la de algunos temporeros.
Venidos de África y asentados en la península España. Ellas con sus estampados trajes y tocado (que les debe de dar un calor de espanto en plena campaña cuando Zaragoza roza y pasa de los cuarenta grados de temperatura) están en firme de espera.
Los traídos de algún cardinal y llevados de viaje a punto opuesto, te hacen pensar (con diferencia afortunadamente) en esclavos y mercaderes.
Mercaderes. Mercadeo. Dinero.
Y es aquí donde la reflexión y el recuerdo se unen.
Aguilar de Ebro es huerta de manzana (o hasta hace unos años, aquellos de los que hablo; lo era). Campos regados in situ por el padre Ebro.
Manzana. Manzana para la elaboración de sidra. Y otras variedades de fruta.
Con las obras de cruce del Ebro por el Puente de Aguilar para el AVE, el arreglo de esta explotación se vio favorecido en sus riegos y caminos.
En semi clandestino actúa. Un autobús mueve a la curiosidad ya que el autobús de línea nunca entró en la diminuta población, siempre dejaba los viajeros al borde de camino varios cientos de metros.
Los ya conocedores del cocido comentan que son temporeros que los traen por la mañana de buena hora en el autobús y que los devuelven… saliéndose de comarca.
Extranjeros. Que a imaginar podría tratarse de un concierto a tres.
El explotador de la finca, el explotador que contrata… Los explotados.
Los años cambian y les envejece pero quienes tienen en dominio el truco clandestino para su servicio, nada les preocupa ni conmueve.
Dejaron nuevos brotes para continuar el mercadeo.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay

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