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marzo 2014

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«11M», 10 años tras la tragedia

Publicado por , Posteado enFUNDACIONES, Revolución social, ONG, Opinión

Hoy es un día triste en España. Hace diez años de la tragedia de teerosismo más dura que ha tenido lugar en nuestro país. No creo que sea necesario relatarlo, o incluir imágenes de ello. Suficiente hay con la imagen más dura y severa para nosotros: el recuerdo.

El Recuerdo de algo inhumano. terrorismo es una palabra de insignificante valor en esto. Fue un acto inmoral. Terrorífico. ¡Cuántas personas, de diferentes edades y sexos, dejaron ahogar allí su último suspiro, su última palabra! ¡Su último abrazo o sonrisa, la última mirada en el que era un lugar y día normal, y que dejaría de serlo por siempre.

España se concienció mucho con esto. Toda una nación conmocionada por un suceso de gran magnitud. Miles de personas afectadas. Entre ellas, muchas que aún siguen viviendo la vida, que para muchas ya no es más que el reto de sobrevivir con unas cuantas lágrimas un día, y otro, y otro. Porque el recuerdo, se graba en piedra, y la piedra no arde nunca.

Creo que este es un día Muy Importante del año para toda la Sociedad Española. Miles de personas siguen afectadas, y lo estarán para siempre. La vida, como se suele decir, es un tren, en el que conocemos a personas. Unas llegan, otras se van yendo, llegan a su destino. Pero lo en esas vías se obligó a bajarse del tren por la fuerza a gente que no había de hacerlo ni tenía por qué, y le quedaba trayecto por delante.

¿No es, acaso, un motivo CONMOCIONANTE para abrirnos a pensar, realizar esa Reflexión que siempre propongo en mis artículos, y realmente meditar sobre todo lo que hacemos, principalmente, nuestro trato a todas las personas que están a nuestro lado. A las que queremos, y las que nos quieren, aunque no sean correspondidas.  Cada momento es importante. Nunca se puede saber qué puede pasar, y menos si es de una manera forzada.

Las personas nacemos con una ventaje enorme: la Libertad. Libertad de elección. Y así, muchas veces elegimos mal nuestra manera de actuar. Los responsables de este acto TOTAL Y COMPLETAMENTE INHUMANO E INMORAL eligieron de una forma pésima sus acciones, y no solo se condenaron unos a la muerte, con suicidios posiblemente por exceso de tensión y arrepentimiento, y otros a la cárcel donde deberían pasar el resto de sus vidas, cortas en comparación con lo que deben. Sino que condenaron a muchos fallecidos, heridos, y sus personas cercanas, familiares y amigos. Una sola vida es un mundo, un universo. No tiene precio contable. Imaginemos entonces tantas vidas como se perdieron entre esos raíles, en esos vagones, un tranquilo Jueves 11 de Marzo, que cambiaría por siempre, y pasaría a la Historia como un Día entre lágrimas.

Nunca sabremos qué pasó exactamente. No sobre saber que todo ocurrió tan solo tres días antes de las Elecciones Generales mientras gobernaba en España el Partido Popular (PP), que perdió esas elecciones con muchas falsas acusaciones de culpa de lo que ocurrió. ¿Una conspiración? ¿Una fecha premeditada? ¿Un truco o juego sucio político de cualquiera de los dos bandos? Nunca lo sabremos. Con el tren, desapareció el secreto, y sus conocedores.

No puedo decir más, porque se me saltan las lágrimas sólo con pensarlo. ¿Cómo puede caber en las cabezas de algunas personas el hacer tal daño a seres inocentes e indefensos? Es algo incomprensible. Mucha gente que esté leyendo esto probablemente se emocionará, como hago yo al escribirlo, al expresar no solo mi opinión, sino un sentimiento hacia todo lo que pasó. En unos segundos, todo puede acabar.

Así, dejo, al placer y gusto del lector, continuar este artículo con su opinión, su reflexión, ya que no me es posible seguir hablando de lo mismo sin emocionarme. Dediquemos un rato de reflexión, pero también de silencio, a todas las víctimas de este acto tan inhumano. El silencio dice, en ocasiones, mucho más que muchas palabras y explicaciones, que a veces aburren. Porque así fue. Se les silenció, se les calló para siempre. Se paró su reloj en los vagones de ese tren, en el andén de la estación. Así, son silencio, y siguen muchos entre nosotros, silenciosos, callados y bajados del tren a la fuerza.

Juanjo García Amorós
Twitter: @JGarciaAmoros




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