Cartas al Director

Tu voz en la Red

Daily Archive: junio 6, 2014

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Mientras ruja la corrupción

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El alcance de la corrupción viene a recordarnos  la imperfección de nuestro  sistema representativo, a la vez de  urgir variaciones en el ordenamiento jurídico que nos conduzcan   hacia estilos más democráticos de funcionamiento.

Basta_ya_de_corrupcionDespués de  dos años y medio aparentando gobernar,  el Ejecutivo del  PP, lejos de aportar solución alguna  a la delicada situación que vive  el país, por todo resultado,  lo único que ha logrado es  uniformar  que el paro y la corrupción  se hayan convertido   en  un cliché iterativo  de la preocupación ciudadana; eso al menos es lo que se desprende mes tras mes de los  resultados  del Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y que los datos referidos  al mes de  mayo  vienen a  confirmar, pues  a pesar  de los mensajes  de   evolución positiva que apócrifamente publicite el Gobierno, lo cierto es,  que la pervivencia de ambos problemas se mantienen  a la cabeza  del ranking de la inquietud del interés general, poniendo de relieve que un asunto viene unido al otro y que sin la erradicación  de  la corrupción  se torna imposible la creación de empleo.

Tomando referencia  del historial de escándalos, se confirma  que  el PP, con diferencia, lidera el  palmarés de la perversión política  del país, y con sus turbias prácticas, desde la estructura del poder ha trenzado un nudo ciego entre la corrupción y el paro difícil de desatar, trabazón  que  favoreció la puesta en práctica de una  la red de degradación  institucional, donde  se impuso un régimen clientelar que propició el saqueo generalizado de las arcas públicas, que además de resquebrajar los cimientos  del sistema, agravó la situación económica hasta el extremo  de impedir  toda  posibilidad de  reactivación; circunstancia,   que lejos de moralizar la política  acentuó la degradación de la misma   impidiendo el desarrollo empresarial, y por añadidura,  dando  al traste  con cualquier  perspectiva  de  evolución del mercado laboral.

De ahí que mientras no se  elimine de raíz a los activistas políticos artífices de   esta lacra y se suprima definitivamente la repercusión  de su coste social de 40000 millones de euros anuales, toda medida  de reactivación económica  que se plantee, será un burdo simulacro sin efectividad de resultados, por cuanto en esa tesitura, cualquier hipotético remedio seguirá surtiendo  un efecto negativo al prodigar  el  desánimo en los destinatarios,  e impedir por ello,  la puesta en marcha de iniciativas o `proyectos profesionales  que por arrastre de desconfianza  frenarán la creación de actividades empresariales, y tal limitación a efectos de empleo, generalizará la precariedad del trabajo de temporada haciendo extensiva  la no menos recomendable modalidad de acceso al mercado  laboral asistido por la afinidad política a través de la expandida prácticas del nepotismo endogámico.

Por tanto, ahora cuando repunta de nuevo este mal endémico  y la falta de escrúpulos se hace con el dominio de la situación, es hora de aparcar  la condescendencia para radicarse   en  posturas  de severidad,  y así,   de una vez por siempre cortar por lo sano, ubicando   a cada político  en su verdadero lugar de pertenencia, al margen de privilegios ajenos al resto de la sociedad,   sin tener  que tragar ni un minuto mas con   la  recurrente presunción de inocencia”, con ese manoseado concepto que ante  la evidencia de las pruebas suele convertir  su uso en un espectáculo obsceno, en una perversión de la realidad, con la  estratégica argucia de disfrazar lo que es una  mala praxis de   aparente castidad.

Por  eso ante una   situación de emergencia como la presente, suprimir la corrupción  del país además del cometido preferente  ha de ser por encima  de todo  el mayor reto  que como ciudadanos  nos debemos imponer con la finalidad  de, volver a poner en valor la democracia, restituir la honradez perdida  a la esfera política en rescate de un extraviado  crédito institucional.

Para ello ante pruebas inequívocas de corrupción, al margen de su grado de implicación   hemos de suprimir  al político todo trato distintivo,  forzando su apartamiento cautelar del cargo para no dar pie que se  refugie en laberintos procesales donde  la demora resolutiva llega a  límites  desmedidos, pues se ha   de asumir  que  ante  un supuesto de imputación solo la separación del encausado de la función política es factor clave para avanzar  hacia un nuevo  rearme moral, y en esta vía   poder alcanzar la  regeneración de la función política, y con ello, habilitar la confianza hacia la estabilidad económica  el empleo.

Pero la arraigada concepción patrimonialista del poder, sumada  a la dominante  cultura de la opacidad, impiden que lo que en buena lógica sería recomendable  erradicar pueda llevarse a término, y así, salvo en casos forzados  por imperativo judicial, la corrupción mantendrá su continuidad convertida en una forma habitual de hacer política,  y esa práctica,  proseguirá  por la propia permisividad del sistema, pues se ha de saber,  que  en nuestro Código Penal  ni la financiación ilegal de un partido como tampoco el enriquecimiento ilícito en el desempeño de un cargo  están tipificados como delito y tal circunstancia , hará que la situación no  varíe  en tanto no se cambien la reglas legales y pasemos a hablar de la corrupción  organizada  como un delito político con clasificación expresa y  riesgo implícito.

Y mientras esto no acontezca, políticamente, casos como la turbia financiación de la sede del PP, no pasaran de ser una  simple anécdota



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En el principio…

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Desde lo local y el contacto más directo y próximo con la gente se pueden promover espacios en los que compartir ideas y experiencias para, a continuación, claro, llevarlas a la práctica. Promover así iniciativas de empleo que atiendan a las verdaderas necesidades de la población.
Porque disponemos de un caudal imponente de inteligencia –diríamos que hibernando– que debemos espolear para que arranque y se plasme en la práctica.
Tenemos que hacernos conscientes de que estamos condicionados todos por la “educación” recibida, que fue y es concebida para servir a los intereses de determinadas castas que, como vemos, están ordenando privatizar todo y que, poco a poco, se van haciendo con la titularidad de nuestros recursos naturales (semillas, energía, agua, etc…), de nuestra Naturaleza gravemente explotada por su avaricia.
Está claro que hemos de aprender las lecciones del pasado revolucionario, y para ello tenemos que tener claras dos cuestiones fundamentales:.
1.- Que la transformación social pasa por llevar a cabo previamente un cambio de mentalidad individual. Por ser valientes y aceptar el compromiso de ofrecernos para el bien general, sin esperar reconocimiento externo, sino interno. Cambiar el culto al ego y al esfuerzo (viejo paradigma), por el desarrollo de nuestros dones y talentos, por el disfrute de desarrollar nuestro potencial innato y compartirlo.
2.- Que no podemos seguir delegando y permitiendo la concentración de poder. Que estamos obligados a tomar cartas en el asunto, participar en red –la forma más transparente y eficiente de colaboración–, comprometernos a dar un giro de 180º a la situación.
Pero antes que nada, y/o al mismo tiempo, deberemos hacer una limpieza a fondo de todo lo que hemos acumulado y está bloqueando nuestro desarrollo. Y desechar la conciencia de escasez y el miedo en que nos educaron, para poder dar cauce a esa poderosa inteligencia que traemos para desarrollar y que, lejos de ser motivada o liberada, ha venido siendo frenada con fines meramente utilitaristas. Esquizofrénicos.


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Ultima reflexion post electoral (modelos de democracia)

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Terminada la cita electoral, con su inevitable resaca de eruditos analistas sobre los resultados de las mismas.
Creo el momento oportuno de dar paso al sentir del ciudadano medio. Sin entrar en partidismos y desde una perspectiva más amplia.
Comentaré que recordando mis tiempos de estudiante, aprendí que democracia significaba poder presentar libremente opciones de gobierno diferentes. Y la capacidad cíclica del pueblo a elegir entre estas, mediante un sistema de sufragio universal.
Inocentemente pensaba que a estas alturas ya nadie cuestionaba el sistema.
Pero después de escuchar las declaraciones de más de un destacad@ “demócrata”. Tras la irrupción en escena de nuevas opciones políticas.
Mas me inclino a pensar, que el modelo lo tienen aprendido, pero no interiorizado.
Y que en lo que creen realmente. Es en la conveniencia de que el país sea regido por un tipo de democracia, basada en un bipartidismo de proximidad ideológica,
Con una muy limitada capacidad de decisión o cambios. Sobretodo cuando estos sean de calado social o económico.
Resumiendo, en una democracia tutelada por las élites, fundamentalmente las económicas.
Mi reflexión va encamina en que quizás sea necesario reaprender por parte de algunos políticos (mejor toda la ciudadanía) Conceptos como democracia activa, participación ciudadana, etc
Y así, nos daremos cuenta, que en el conformismo, la pasividad, la dejación… están LOS VERDADEROS ENEMIGOS de las libertades democráticas.
Y no en las distintas opciones políticas, cuando hacen uso legitimo de estas.



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Hábitos

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Tienen el hábito muchos jóvenes cuando se ven cuestionados por una adicción de autoengañarse. Es fácil oírles decir, “yo controlo”. Afirmación ésta que traducida al román paladino viene a significar: me gustaría poder controlar el hábito nocivo, pero no confío en ello, pues el hábito es más fuerte que yo.
Hay quién ha dicho que no somos individuos, sino hábitos, pues es el hábito el que define nuestro comportamiento. Por ello, si queremos cambiar de veras, no sirve de nada tener intención de hacerlo, sino dar los pasos efectivos para afianzar las nuevas maneras de desempeño personal, los nuevos hábitos. Y hacerlo hasta que éstas se conviertan en algo habitual en nuestras vidas.
Como comprenderéis, afianzar esto requiere de una férrea disciplina y de un esfuerzo consciente inicial, que no debe cesar hasta afianzar el nuevo hábito.
Corren aires de cambio, de recuperación de la consciencia. Para ello sería de gran ayuda que estos mensajes fueran saliendo también, como cuña al menos, en los medios de comunicación. Sé que muchos profesionales del periodismo ansían algo más que repetir el mismo hábito, de dar la misma información, la misma matraca adictiva, a tantas y tantas personas dormidas.