El 11 de marzo de 2004 en España y fuera de España todas personas de bien se estremecieron… Su interior fue salpicado con sangre inocente de ciudadanos que soñaban o pretendían soñar en un mundo más justo, en un mundo con futuro…

El 11 de marzo de 2004, no se rompió España, ni el mundo exterior, se rompió la esperanza para muchas familias rotas… sin padres a los que aferrarse… si hijos con los que soñar… sin amigos en los que confiar…

El 11 de marzo de 2004, todos o casi todos pegaron un puñetazo en la mesa de su casa, de la taberna, de la oficina: ¡No podemos permitirlo!

Sin embargo, los caminos de la vida con sus polvos de intereses asfixiantes han ido enmudeciendo las voces de justicia… Los ecos de dolor, de incomprensión, de lucha han dejado de oírse… La vida sigue y la imagen permanente de los trenes destrozados han dejado de impactarnos…

Lo más grave de estos sucesos y estas situaciones es la pasividad personal y generacional… ¡Por qué?… Motivos, remedios, foros, educación ¿Qué hacer?…

Los sentimientos, las ayudas, los seminarios de trabajo… se fueron congelando y hoy, 11 de marzo de 2019, limpiaremos los polvos de los recuerdos e hipócritamente lloraremos lágrimas de letras negras, en cursiva… pero letras frías para guardar en los archivos oscuros de los registros…

Lo siento por los que se fueron sin poder preguntar y lo siento, todavía más, por todos aquellos para los que hoy será un día más… lunes.

El pasado año se inauguró el esperado hospital Quirón, pudimos ver como se construía piedra a piedra mientras hacían una larga selección de personal para cubrir todos los puestos.

En mi caso, una empresa externa llamada «looking for talent» me citaba para una entrevista dinámica de grupo. Los allí citados eramos desde gente con una larga vida profesional de la restauración hasta personas sin experiencia.

Pasado un tiempo, de nuevo una llamada, esta vez de personal interno del hospital, me citaba para una entrevista con el jefe de cocina y jefe de personal de restauración.

Al cabo de una semanas, recibo de nuevo una llamada con la noticia mas esperada: ¡¡ES USTED NUEVO TRABAJADOR DEL HOSPITAL QUIRÓN!!

Como «buena» noticia que era, se lo comunico a mi pareja, familiares, amigos, etc. El dia 3 de septiembre me incorporaba al nuevo hospital Quirón que abría en Cordoba y dejaba mi puesto fijo en el hotel que hasta ahora estaba. Despues de muchos dias de incertidumbre, entrevistas, llamadas, por fin habia logrado un puesto cerca de mi casa y un horario aceptable dentro de la hostelería.

Mi sorpresa fue cuando semanas antes de incorporarme, habiendo dejado mi puesto de trabajo en el que estaba, recibo de nuevo una llamada, de la misma persona que me hizo la entrevista, comunicandome que se RETRESABA mi entrada sin explicación ninguna.

Tiempo después, me pongo en contacto con ellos para preguntar si realmente la llamada que me comunicó el restraso fueron ellos y no alguna equivocación o alguien actuando de mala fe. Su respuesta fue que al igual que me llamó para comunicar mi retraso, me llamaría personalmente para comunicarme mi entrada.

Una vez mas, una empresa privada pegaba una patada en el trasero a un trabajador. Pensaba que esta empresa tenia algo de prestigio, pero viendo las condiciones de los trabajadores, como han tenido que amueblar ellos mismos el hospital, fue lo mejor que me pudo pasar. Espero que Córdoba te trate como tu has tratado a sus trabajadores/as.

A dia de hoy sigo esperando una llamada, pero no para que me ofrezca trabajo sino para pedir disculpas y no tratar asi a una persona que se puso a los pies de una mediocre empresa.

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