Cartas al Director

Tu voz en la Red

martes

7

enero 2014

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Hartos, cansados y tristemente desengañados.

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Estamos muy hartos y muy cansados de escuchar la voz de los políticos o no políticos, de uno u otro bando, de uno u otro partido, que nos engañan cada día, al menos -evidentemente- eso parece. Y así llevamos más de 35 años. Y ahora: ante la larga y adormecida crisis,  nos siguen contando lo mal que va todo, pero no nos cuentan la realidad y no nos dicen quienes son los culpables, y lo saben; pero no nos lo dicen porque entre ellos hay muchos culpables. Entre unos y otros todo lo dejan enmascarado. Lo turbio, lo oscuro les va bien, a esta panda de aprovechados que encargados son, muchos de ellos, de velar por el bien común. Hay muchos casos que insólitamente se han ocultado y se siguen ocultando. Muchos de nosotros por su culpa y la culpa de los que ellos han protegido o al menos no han vigilado; muchos como digo han perdido grandes cantidades de dinero (Las preferentes, forum filatelico…..) o han perdido el trabajo (crisis…) o han perdido su posible única vivienda (burbuja inmobiliaria) o han perdido a sus hijos y hasta algunos cruelmente el cadáver de su hija (Marta del Castillo), pero nadie dice nada. Y por si fuera poco ahora la cruda y triste realidad de esta España nuestra ha puesto en evidencia la labor corrupta de los bancos (Bankia entre otros….). Unos y otros, con apariencia de demócratas  honestos, implicados en la misma tarea: destruir a los ciudadanos. Y dirán ellos: banqueros, políticos, acaudalados y sinvergüenzas, ¡qué más nos da lo que digan si, nosotros, nuestros paraísos fiscales los tenemos lejos de estas fronteras¡ Y mientras, muchos ciudadanos -normales y corrientes- yo por ejemplo, pensando en donde trabajarán nuestros hijos; ¡quizás, los tendremos  que llevar a donde los poderosos tienen sus paraísos fiscales! pues si es bien es cierto que la economía española ha fracasado en sus manos, el caudal de su inmensa fortuna está  bien seguro. Y qué hablar de los sindicatos y sus ERES. Cuantas prebendas, algunos de ellas valiosos y muy valiosos, han conseguido para su inservible labor sindical; inservible no para ellos que sacan buena tajada de lo que está aconteciendo. Ellos, por ejemplo, animan a la gente para que acuda a la huelga; pero mientras el que va pierde su jornal de trabajo, ellos cobran: por animar a la “masa”; por buscar seguidores, seguidores que son: unos libres y otros a la fuerza; cobran: por destruir en las calles, de forma vandálica, enseres públicos o privados. Los líderes sindicales viven: muy, pero que muy bien, a costa de la mayoría de los ciudadanos y a costa de estos altercados que son injustificables en la mayoría de los casos. Muchos de ellos: políticos y sindicalistas, ni han trabajado nunca, ni saben lo que es el trabajo.

Por lo tanto, visto lo visto, desde ya -hoy y ahora- nos interesa mas la voz de la gente de a pie. En muchos casos es preferible la voz de los “indignados del 15-M” a la voz de tantos falsos dirigentes que se han sentado, durante 35 años al menos, en escaños y asientos de honor, para llenar sus arcas  a costa del empobrecimiento de toda una nación. En estos tiempos que corren donde hay engaño generalizado: la calle , la ciudadanía, el que esta adormilado, el jubilado, la viuda, el pequeño autónomo, el que no tiene ya ni paro, el deprimido que esta aburrido de tanta falsedad, el campesino, el intelectual que quizás pasa de todo,,,,, todos  tienen que hablar. Hay que convencer con: la palabra, la acción,  el pensamiento, el corazón y poniendo el alma; pero si es posible ¡y sí es posible! sin violencia;  la paz es un tesoro, nuestro gran tesoro, un tesoro importante y valioso…. Y ahora, para  aumentar: la tensión, el miedo, la incomprensión y la inquietud, la derogación de la doctrina Parot que, justificada o injustificadamente, ha sacado a la calle a los mayores asesinos de nuestra historia reciente; asesinos que ya están alardeando e incitando a los ciudadanos vascos para conseguir la independencia tan anhelada para ellos; ya están causando estupor en su tierra y entre sus gentes. Y qué decir de Artus Mas y su pulso a España, otro reto, otra situación difícil, otra causa de inestabilidad. Y con todos estos acontecimientos mencionados podemos pensar: ¿La Constitución Española de 1978 se respeta, se cumple, se vive, interesa a la ciudadanía y especialmente a los políticos, se legisla según sus principios o por desgracia no sirve para nada o para poco? Conviene reflexionar sobre este hecho para modificar comportamientos y esquemas políticos,  para acabar, con la mayor prontitud posible, con la corrupción y la opulencia de algunos y en contrapartida con la incultura, el desprecio, la pobreza y el abandono de otros muchos.


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